Las empresas en el mundo intentan dar pasos concretos en su afán de encontrar en la energía sustentable un soporte para su desarrollo corporativo. Google, por ejemplo, anunció el 15 de noviembre, que invertirá USD 75 millones en un parque eólico en Iowa (centro de EE.UU.). El proyecto, desarrollado por la compañía RMP acces, debería generar suficiente electricidad para satisfacer la demanda de más de 15 000 hogares.

La preocupación sobre el futuro del planeta y del consumo de energía incluso es parte de los temas que se tratarán en la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebrará del 26 de noviembre al 7 de diciembre en Doha, Qatar. Incluso, el Banco Mundial -en su informe preparado para esa cita- llamó a los gobiernos a trasladar el billón de dólares que pagan para subsidiar el combustible fósil, hacia el fomento de la ‘infraestructura verde’, para reducir las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero responsable del calentamiento global.

Este es uno de los temas que más debieran preocupar a las empresas en la actualidad, comenta Galo Abril, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Nórdica, quien impulsó en Quito, la semana anterior, el Congreso Mundial de Energía Sustentable. El evento contó con la participación de expertos de Finlandia, Alemania, Suecia, Países Bajos, Colombia, México, Ecuador, Francia, entre otros.

Abril asegura que en el Ecuador se ha avanzado y hay casos de empresas que miran en el uso de la energía sustentable un elemento vital de sus procesos productivos. La firma La Jugosa, por ejemplo, impulsa un proyecto para utilizar las cáscaras de los residuos de las frutas y de otros alimentos comestibles para generar combustibles. Pero, en el sector productivo, hay tareas pendientes.

“El esquema de subsidios generales y no focalizados altera otras cosas. Nuestra industria exportadora se ha acostumbrado a competir con subsidios energéticos, eso ha hecho que no tengamos tecnología productiva de punta”, señala Abril.

Lo importante es que las corporaciones tomen la decisión de someterse a las auditorías energéticas para conocer en qué situación se encuentran en este campo, añade Albert Tibavizco, director regional de Sostenibilidad para América del Sur de la firma ABB, Colombia.

En el vecino país, por ejemplo ABB desarrolló en una empresa petrolera el cambio del sistema de condensadores para ahorrar energía. Tibavizco explica que esa firma en 18 meses pagó los USD 2 millones que costó la inversión. “La industria petrolera tiende a ser más eficiente”.

La demanda de energía está en permanente crecimiento en todo el mundo. Por ejemplo, en Ecuador, en el 2010 la demanda ascendía a 10 000 GW/h y para el 2021 se espera que aumente a 32 000 GW/h, añadió Istvan Hervas, representante del Conelec.