Arturo Castillo / Motivador y Prof. De Técnicas Psicorrelajantes
Descrición
¿Te sirvió esta noticia?:
Si 0
No 0

Ejercicio físico, para músculos y carácter

Seguramente muchas personas incluyeron en su lista de promesas para el año nuevo hacer ejercicio regularmente. No lo han hecho hasta ahora, según se autojustifican, por falta de tiempo. Se trata, obviamente, de una mentira piadosa, pues quienquiera que se lo proponga de verdad, hallará tiempo libre para practicar alguna disciplina corporal.

Curiosamente, son incontables las personas que están convencidas de que ‘aman’ el deporte, por el hecho de que son parte de las multitudes que abarrotan los escenarios deportivos.

Su verdadero problema no radica en la carencia de un tiempo de ocio, sino en una voluntad debilitada, que inventa toda clase de excusas. El gran pretexto se llama neurosis del tiempo, un mal contemporáneo. Efectivamente, es bastante común que los individuos se quejen de la falta de tiempo, como si sus días no tuvieran 24 horas, como los de todo el mundo. Irónicamente, el tiempo que les falta es siempre el tiempo que se niegan a sí mismos, el tiempo que debieran dedicar a su bienestar integral.

El dilema, entonces, no es a qué hora, con qué frecuencia ejercitarse, sino cómo fortalecer la voluntad, cómo tomarse en serio a sí mismo. Más aún, cómo estructurar la existencia, de modo que la empresa más importante sea uno mismo.

Puede sonar contradictorio, pues parecería que los sujetos siempre anteponen sus necesidades, incluso sacrificando las de otros. Es necesario distinguir, sin embargo, entre un ego voluntarioso y un carácter bien formado, autoafirmativo, que prescinde del qué dirán cuando tiene que elegir lo que le resulta beneficioso.

De otra parte, no hay manera de integrar a la cotidianidad el ejercicio físico, como parte del estilo de vida, sin autodisciplina; algo difícil de cultivar hoy en día, pues los individuos prefieren una autoridad que les imponga qué hacer y qué no hacer. La disciplina que emana de un ente externo es solo una fachada de buena conducta, que nada tiene que ver con la capacidad para vencer la pereza, para realizar con talante alegre aquello que justamente resulta penoso.

La gratificación del ejercicio diario solo entiende quien ha cultivado ese maravilloso hábito, quien lo ha integrado a su rutina como algo central.

Contacte a Arturo Castillo