"Siempre me gustó desta­carme, no por recibir felicitaciones, sino porque eso me hacía sentir y verme mejor”. Emilio Filbig, Fundador de la empresa Unilimpio. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

"Siempre me gustó desta­carme, no por recibir felicitaciones, sino porque eso me hacía sentir y verme mejor”. Emilio Filbig, Fundador de la empresa Unilimpio. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

Diana Serrano
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Con visión y esfuerzo llevó su empresa al Perú

17 de abril de 2018 07:16

Un sueño no se consolida de la noche a la mañana. Requiere tiempo, esfuerzo y visión. Eso lo sabe muy bien Emilio Filbig Maruri, fundador de la empresa Unilimpio. Esta industria se dedica desde hace más de 25 años a la producción de insumos de limpieza para el sector empresarial.

Desde hace cinco años, Filbig se puso como objetivo internacionalizar la empresa y con su hijo Emilio Filbig Carchi, gerente general de Unilimpio, logró llevar su marca el año pasado hasta Perú.

Hace cuatro años Filbig padre dejó la gerencia para que dos de sus tres hijos se hicieran cargo. Pero no se ha deslindado de los negocios: ahora es ingeniero de proyectos, cargo con el cual se encarga de procesos de innovación.

Filbig, hijo de madre guayaquileña y padre luxemburgués, nació en el Puerto Principal. Hablar de su familia le causa orgullo, sobre todo de su madre, a quien la ve como un ejemplo de lucha.

De niño fue introvertido y tímido. Cuando terminó el colegio, se propuso ser más luchador y aguerrido para alcanzar sus objetivos. “Con timidez o miedo, no iba a lograr cosas en mi vida”.
Su ímpetu se combinó con la brillantez para los estudios. Antes de acabar su carrera de Ingeniería Industrial, se involucró en el mundo laboral, por la confianza de Alfonso Sáenz, uno de sus mentores.

Su ímpetu se combinó con la brillantez para los estudios. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

Su ímpetu se combinó con la brillantez para los estudios. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES


Empezó desde los eslabones más bajos en la empresa papelera La Reforma. Una de sus retos, fue hacerse cargo de ventas, sin ser ese su punto fuerte. Entre “caídas y resbalones”, con tan solo 23 años, asumió un puesto gerencial.

Tres años después salió de esa empresa y recibió una propuesta de una industria papelera en la Sierra, con lo cual viajó a Quito, donde vive desde hace 35 años. En este nuevo cargo, destacó como profesional y líder. Contribuyó al crecimiento de la empresa, que ahora es una multinacional.

Antes de culminar esta etapa laboral, Filbig tuvo acceso a un estudio sobre el abastecimiento de papel higiénico en el país, en donde se detallaba que el 30% del mercado no estaba cubierto. Este sector era el empresarial como cines, restaurantes y otros; con lo cual, el emprendedor detectó una oportunidad de negocio.

Amigos y socios de Filbig comparten la imagen de que es una persona innovadora y visionaria. Su amiga Clemencia Salazar dice que siempre tiene buenas ideas y es un líder para los negocios. Omar Chávez, otro de sus amigos, lo considera un estratega.

Con la ayuda de su esposa, Julieta Carchi, a inicios de la década de 1990, Filbig logró poner en marcha un emprendimiento de distribución empresarial de papel higiénico. En esa época, las servilletas que se comercializaban eran de 30 gramos, pero el empresario logró producir unas de 26.

Aunque no tenía las características de los otros papeles, la servilleta se logró posicionar en el mercado por su bajo costo. La competencia consideró que el producto era revolucionario, sin saber que en realidad “no tenía condiciones para poder hacer otro papel”, señala Filbig. Con esta experiencia, el empresario aprendió una gran lección para los negocios: de una crisis, se saca una oportunidad.

La firma que fundó, Unilimpio, vive hoy en día un proceso de internacionalización. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

La firma que fundó, Unilimpio, vive hoy en día un proceso de internacionalización. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

Su hijo Emilio señala que su padre es un ejemplo de perseverancia. Recuerda que una tarea que le encomendó su progenitor, sin saberlo, lo encaminó a su actual cargo. Con apenas seis años, tuvo que clasificar y etiquetar rollos de papel higiénico.

Con la consolidación en el mercado, Filbig vio que se necesitaba más para empujar el negocio. Amplió la oferta a productos de limpieza y empezó a brindar “una solución higiénica” empresarial.

El emprendedor destaca que el secreto para mantenerse vigente en el mercado sin ser aplastado por las grandes empresas es “siempre moverse con nuevas ideas y estar un paso adelante”.

Para Filbig es importante que su trabajo destaque y tenga un factor diferenciador. Hace más de 20 años, él empezó a investigar sobre las normas ISO, para implementarlas en su industria.
Otro de los logros empresariales es que Unilimpio es una de las organizaciones que pertenece al Pacto Global de las Naciones Unidas, por sus políticas laborales, ambientales y otras.

Para Filbig, la unión familiar es parte de su éxito. Los hijos son su motivo de orgullo y considera que han superado sus enseñanzas.

En su tiempo libre, el empresario practica deporte. Destaca que la disciplina y la perseverancia le ayudan tanto en los negocios como en lo deportivo. Su hijo Emilio añade que su padre también es un amante de la lectura. Este hábito no solo lo ha inculcado en su familia, sino también entre sus colaboradores .