La inversión en agricultura requiere garantizar la nutrición de las personas. Foto: Archivo

La inversión en agricultura requiere garantizar la nutrición de las personas. Foto: Archivo

Encuentro busca impulsar agricultura familiar como motor de desarrollo

26 de octubre de 2017 15:54

Potenciar la agricultura familiar como motor de desarrollo económico, social e identitario en los países andinos es el objetivo de un encuentro que se celebra hoy, y mañana, en Quito con la participación de actores nacionales y extranjeros.

Organizado por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP) y la organización Oxfam, el evento se inició con la propuesta de generar mecanismos para convencer a los gobiernos y ongs de que la agricultura rural debe contar con mayor atención y mayores presupuestos.

"Precisa el acompañamiento de políticas públicas que permitan no sólo sus supervivencia sino también su desarrollo", dijo el ecuatoriano Ney Barrionuevo, secretario técnico del llamado Grupo de Diálogo Andino en el RIMISP.

El encuentro reúne a representantes de gobierno y de organizaciones internacionales con líderes de familias de agricultores, en un intento de dejar atrás lo que Barrionuevo denomina la "invisibilización" del sector.

"La agricultura familiar es muy importante, desgraciadamente se los ha invisibilizado en las sociedades, pero el 60 por ciento de lo que comemos en la región andina proviene de pequeños agricultores familiares", afirmó en declaraciones a Efe.

Son además, recordó, "un sector que genera muchísimo empleo en el medio rural y también en el urbano", y que "incluso genera divisa con la exportación" de sus productos.
Representantes de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, tratarán así de encontrar los mecanismos que permitan que "la oferta diversa de la agricultura familiar se conecte con los mercados con un carácter inclusivo (..) como una forma sostenible para superar la pobreza en el medio rural".

Barrionuevo destacó en ese sentido la necesidad de mayor asistencia técnica, financiación, asociatividad, y sobre todo "la articulación hacia los mercados, de forma que el trabajo abnegado y sacrificado de estos agricultores no se pierda en el momento de llegar" a la comercialización.

Por su parte, el chileno Juan Fernández, investigador principal de RIMISP, expresó la necesidad de borrar "estereotipos" que la política pública tiene de la agricultura familiar.
"En el contexto actual de globalización y cadenas globales de mercado, se suele hablar de la gran industria como aquel motor que permite el intercambio entre países y la seguridad alimentaria", explicó el investigador.

Pero, dice, se trata de un error porque "entre el 60 y el 80 por ciento de las unidades que producen (alimentos) en América Latina y la región andina son pequeñas".

Mas allá del factor económico, Fernández evoca el papel social, familiar, y hasta identitario, de este sector.

La agricultura familiar en América Latina es "un espacio social, de confluencia de una cierta cultura, de relaciones familiares, e incluso de identidad", recuerda.

En su defensa del sector, apela también a los beneficios medioambientales de la pequeña agricultura, mucho más "diversa" que la industrializada -que se dedica a uno o dos productos-, con el beneficio que ello tiene para la tierra y la alimentación.

El foro de debate reunido en Quito fue creado hace ya cinco años, pero hasta ahora -reconoce el investigador- no ha conseguido pasar de la fase de definición.

"La misión hoy aquí es que salgan unos consensos y unos acuerdos respecto a la generación de un programa piloto concreto, no solo declaraciones; queremos generar programas en cuatro países y potenciar esta mirada que le estamos dando a la agricultura familiar", concluyó.