Ligia Fierro y su nuera Carla Barriga fundaron Píkale, una marca de vegetales orgánicos encurtidos.

Ligia Fierro y su nuera Carla Barriga fundaron Píkale, una marca de vegetales orgánicos encurtidos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Receta familiar para este negocio de encurtidos

17 de marzo de 2021 06:41

Una receta familiar, que se convirtió en la favorita de los amigos y vecinos de Ligia Fierro y Carla Barriga, es la posesión más valiosa de Píkale. Ese emprendimiento produce vegetales encurtidos, que se comercializan en una tienda digital y dos supermercados.

Los píckles se elaboran con una combinación de hortalizas y vegetales como brócoli, pimientos, zanahoria, cebollas, entre otros. La receta lleva en la familia más de tres décadas.
Ligia Fierro, de 70 años, es la creadora. Ella aprendió cómo elaborar los encurtidos en 1990, para un trabajo universitario de su hijo. Luego, continuó experimentando con diferentes sabores hasta que logró perfeccionarlos.

Ella preparaba los encurtidos para combinarlos con quesos y embutidos y servirlos a las visitas que llegaban a su hogar. Cuando Carla Barriga se unió a la familia en el 2015, incentivó a su suegra a convertir su receta en un nuevo emprendimiento.

“Siempre quise tener un negocio así, no sabía cómo hacerlo ni a quien acudir”, cuenta Ligia.
Carla, de 33 años, decidió invertir en el negocio después de compartir con algunos de sus amigos los productos de su suegra. “Una amiga me contó que su hijo no comía vegetales, le dije que probara nuestros encurtidos y ahora es nuestra cliente más fiel”, cuenta.

El emprendimiento se formalizó en 2018. En esa época implementaron un espacio para la producción y obtuvieron un registro sanitario. La familia invirtió USD 2 500 en la compra de materias primas, exámenes de laboratorio, desarrollo de un código de barras e implementos para la preparación y empacado de los píckles.

Ligia y Carla destinaron un espacio de su vivienda para la producción de los encurtidos. Ellas no tienen empleados, juntas se encargan de la manufactura.

Algunos de los vegetales se producen en las chacras de su casa, situada en el centro de Chambo, y las demás hortalizas las proveen cinco familias del mismo cantón.

“Cuando empezamos con el negocio buscábamos alimentos saludables para nuestros hijos. Esa política la mantenemos, buscamos hortalizas frescas y cultivadas sin agroquímicos”, dice Carla.

Las emprendedoras pronto incrementarán más productos a su menú. Ellas ahora trabajan en el desarrollo de yogur griego.

El producto entró en fase de pruebas y el registro sanitario está en trámite. El emprendimiento espera incluir más productos lácteos debido a que la familia también se dedica a la ganadería.

“Los encurtidos son diferentes a otros que he probado. El sabor es único y además tenemos la garantía de que se hace con hortalizas de excelente calidad”, dice Danilo Yépez, un cliente.
Los frascos cuestan USD 4,50 y se venden en La Ibérica y Álamo, dos supermercados locales. Además, se vende en la tienda virtual.