El catedrático del IE Business School de Madrid señala que el crecimiento de la liquidez mundial es importante y ese dinero ahora se invierte en la compra de activos. Él analiza la situación del Ecuador y sus alternativas para salir de la crisis.

El catedrático del IE Business School de Madrid señala que el crecimiento de la liquidez mundial es importante y ese dinero ahora se invierte en la compra de activos. Él analiza la situación del Ecuador y sus alternativas para salir de la crisis. Foto: Cortesía IE Business School

Juan Carlos Martínez: ‘Hoy, la mejor política es la sanitaria’

30 de marzo de 2021 06:43

La pandemia afectó a la economía mundial, pero se sintió más en regiones como Latinoamérica. ¿Cuáles son las variables más preocupantes que se deben considerar?

Latinoamérica es, junto con Europa, la región en la que la economía está más afectada. Hay varias razones que lo explican. La primera es la estructura productiva, en la que el empleo informal tiene un peso muy destacado. Mucha de esa informalidad se realiza en las calles y no ha sido posible sustituirla por teletrabajo, lo que dificulta la eficacia del confinamiento. Por otra parte, la región depende mucho de la exportación de materias primas (Sudamérica) y del turismo (Caribe). Además, la mayoría de las economías se venían desacelerado desde antes de la pandemia. El crecimiento en 2019 fue nulo y en 2018, del 1,1%.

¿Cómo debe llegar la región a un equilibrio entre la liquidez, los estímulos y la recuperación del empleo?

El problema de la mayoría de los gobiernos de la región es que su capacidad fiscal y monetaria es limitada. Por eso pueden aplicar menos estímulos, por lo que el impacto de la crisis es mayor. Aun así, deben intentar mantener la actividad económica con ayudas a familias, trabajadores y empresas en la medida de lo posible y tratar de mantener políticas que sostengan y estimulen la actividad económica, intentando no acumular grandes desequilibrios como un endeudamiento excesivo.

Hay indicadores regionales como las exportaciones, que tuvieron un mejor resultado en el 2020 que las previsiones iniciales de la pandemia. ¿Qué factores incidieron?

La depreciación de las monedas regionales, lo que abarató las exportaciones, y los altos precios de las materias primas, que se recuperaron cuando la mayoría de las economías empezaron a abrirse y, especialmente, cuando China fue recuperando sus niveles de actividad. Pero, aun así, cuesta entender por qué los precios están -en muchos casos- por encima de los niveles pre-covid, cuando la economía mundial está lejos de llegar a ese nivel. La explicación hay que buscarla en el brutal aumento de la liquidez global en el último año por los programas de estímulo monetario. Esa liquidez se invierte en materias primas, bolsas, mercados de deuda, Bitcoin… generando una inmensa burbuja especulativa de activos, que podría durar mientras las expectativas de recuperación económica sean favorables y los bancos centrales sigan inyectando liquidez al sistema.

¿Cómo se perfila el cambio de la economía mundial?

Hay muchas opiniones acerca de que casi nada será igual, pero no creo cambiará mucho. Desde el lado macroeconómico, es cierto que el endeudamiento público aumenta y seguirá haciéndolo, por lo que la gestión de la deuda condicionará las políticas económicas y los márgenes de actuación de muchos gobiernos. Y a nivel microeconómico, la pandemia aceleró la digitalización. Probablemente se avanzó más en un año, que lo que se hubiera avanzado en cinco sin el covid; pero era un fenómeno que ya estaba en marcha. Por lo demás, no percibo que habrá grandes cambios. En épocas de crisis siempre se habla de que las cosas no volverán a ser como antes, pero al final, todo sigue casi igual. Eso pasó en la crisis financiera. Se dijo en el G-20 que había que reinventar el capitalismo y solo cambiaron algunos.

Ecuador, ¿cómo puede superar esta crisis y evitar que el proceso sea muy largo?

Su economía ya estaba estancada. Los bajos precios del crudo, el alto déficit fiscal, la incertidumbre política y la gravísima situación sanitaria, han sido los responsables de la profunda caída en el 2020. La recuperación será complicada porque, aunque los precios del petróleo subieron, el endeudamiento público alcanza niveles preocupantes y la dolarización impide actuar sobre la política monetaria y tipo de cambio. Por eso, es crucial cerrar el déficit fiscal, eliminar partidas improductivas y clientelares, y orientar el gasto hacia una transformación y diversificación. Una economía dolarizada y tan dependiente del petróleo y las materias primas está condenada a entrar en recesión cuando los precios de los ‘commodities’ se reducen, a no ser que se endeude con el exterior, como ocurre. Y ese endeudamiento tiene un límite y no hay nada mejor que ver lo que pasa en Argentina para entender el peligro que acecha a Ecuador si sigue esa vía.

¿Qué previsiones económicas existen para el 2021, considerando que el proceso de vacunación aún es lento?

No tan buenas como se pensaba hace seis meses. Es cierto que la vacunación en algunos países como EE.UU., Reino Unido o Israel avanza a buen ritmo, pero en casi todo el resto del mundo va más lento de lo previsto. Además, las nuevas variantes ocasionan nuevas restricciones a la movilidad y confinamientos. Eso provocará que la mayoría de los países crezcan menos de lo esperado.

¿Cuáles son las políticas más acertadas para lograr una pronta recuperación?

Sin duda, la política sanitaria y avanzar lo más rápido posible en la vacunación. Si no se erradica la pandemia, será imposible recuperar la actividad económica del todo. Pero mientras eso ocurre, los planes de estímulo fiscal, como los subsidios para desempleados, ayudas a las empresas y los de estímulo monetario aplicados (inyecciones de liquidez, compras de deuda pública…) están siendo muy eficaces en los países que han tenido la capacidad de aplicarlos.
Las remesas son una fuente importante de ingresos en Latinoamérica y los emigrantes hicieron un esfuerzo importante en el 2020 para ayudar a sus familias por la crisis. ¿Hasta qué punto es sostenible esta ayuda?

Es cierto que, al estallar la crisis, diversos estudios pronosticaron que las remesas que recibe Latinoamérica podrían reducirse en torno al 20%. Pero sucedió lo contrario porque muchos emigrantes han enviado más dinero a sus familias para que pudieran hacer frente a la complicada situación. No sabemos si esos flujos extras se mantendrán, pero la buena noticia es que el desempleo se está reduciendo en EE.UU., Italia o España, y se va a reducir aún más en los próximos meses por lo que emigrantes que hoy no trabajan lo harán y podrán mandar remesas a sus familias.

¿Cuál es la visión de los inversionistas españoles sobre el Ecuador, considerando que aún es incierto por el cambio de Gobierno y el control de la pandemia?

Están a la espera de saber qué orientación tomará la política económica tras la segunda vuelta y, a partir de allí, tomarán sus decisiones. Lo que está claro es que Ecuador necesita inversión extranjera para transformar su economía y que solo llegará si, una vez superada la pandemia, la economía se estabiliza desde el punto de vista macroeconómico y si las nuevas autoridades mantienen una actitud positiva hacia los inversores extranjeros.