Xavier Montero / Redacción Quito
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En envases de vidrio se germina el agro del país

En los 53 negocios de propagación de plantas, registrados en el Censo Económico del 2010 (del INEC) a escala nacional, los ambientes estériles del laboratorio conviven con sembríos e invernaderos.

Aquellas empresas dedicadas a la ‘micropropagación’ de vegetales buscan un rol determinante en la industria agrícola. Así lo considera Boris Coronel, gerente general de Germoplanta, una firma que emplea a siete colaboradores en San Pedro de Taboada, suroccidente de Quito.

Para Coronel, la investigación científica busca mejorar las condiciones de los agricultores, proporcionando plantas resistentes a enfermedades y que aseguran “buenos” márgenes de producción. Germoplanta germina 100 000 plantas mensuales y ha investigado 50 especies.

Juan Enrique Guerrero, propietario del vivero Anturio Rachell, en el Puyo (Pastaza), comenta que estos vegetales son un pilar en su negocio. Él comercializa desde hace cinco años, plantas ‘in vitro’. “Son una garantía que permite invertir. Al año compro 30 000 anturios”, indica.

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Un negocio de micropropagación vegetal requiere conocimientos de agricultura, biotecnología y marketing. Así lo considera Félix Ambato, cofundador de Agrobiotech, una firma que produce 10 000 plantas mensuales. En su catálogo se incluyen plantas ornamentales en envases de vidrio. “El recrudecimiento climático de este verano afectó al agro. Ante ello, la solución es enfocarse en las plantas que decoran oficinas, salas, etc.”, indica Ambato quien invirtió USD 20 000 para emprender el negocio en el 2008.

En los ambientes estériles se preparan los sustratos (gelatinosos o líquidos), que contienen minerales, vitaminas o las hormonas que albergan a los brotes derivados de la planta madre. Luego, en las cámaras de multiplicación –perchas climatizadas- germinan de 3 a 30 veces cada una, dependiendo de la especie. “La mora sin espinos, por ejemplo, beneficia a quienes vivimos de la agricultura”, señala José Valencia, quien vende plantas micropropagadas desde los USD 0,45 a 1, en su local ubicado en Patate, Tungurahua.

Un requisito fundamental para este negocio es la paciencia. Así lo indica Francisco Borja, gerente general de Merisistemas, una empresa que ha investigado banano por 15 años. En su laboratorio, ubicado en Puembo (nororiente de Quito), se germinan hasta tres millones de plantas cada año. Estas tardan siete meses en salir de la ‘biofábrica’ a los invernaderos en Quevedo y Machala, donde se ‘endurecen’ o alistan para su venta al productor.

“Se relaciona erróneamente a la micropropagación con los transgénicos. Aquí seleccionamos a la planta con mejores cualidades, la clonamos por miles y guiamos a los productores para alcanzar las 3 000 cajas de banano por hectárea al año. 1 000 más de lo común”, dice el gerente de Merisistemas, cuyas ventas superaron los USD 2 millones el año anterior.