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Mariana Maldonado El Universal de México (GDA)
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El equipo se fortalece a la hora de delegar

Da por sentado que no lo puedes hacer todo tú. Aunque te sientas con las habilidades necesarias y pienses que lo haces todo lo suficientemente rápido y bien, deberías pensar en delegarle responsabilidades y tareas a tu equipo.

¿Por qué? Porque entre otros beneficios, te dará tiempo de realizar las tareas realmente estratégicas para la empresa, además de que permitirá que tu gente desarrolle sus habilidades y potencialice su crecimiento.

"Sin una delegación eficiente no hay un buen desempeño colectivo", asegura Juan Manuel Juárez, consultor y fundador de LID Centro de Liderazgo. Sin embargo, no es una tarea tan fácil.

Hay ciertos obstáculos que se le pueden atravesar a un líder en esta tarea, como el miedo a perder el liderazgo y valor en la organización, pero hacerlo trae en realidad el efecto contrario.

Por ejemplo, si no delegas, podrías estancarte, ya que tus propios jefes te ven como imprescindible para el equipo que lideras, así que promoverte no sería una posibilidad, da cuenta el libro 'The Busy Manager's Guide to Delegation'.

Tienes que estar consciente de que toma tiempo decirle a la gente qué es lo que quieres y cómo lo quieres.

Además, también necesitarás tener paciencia para acompañarlos en todo el proceso, porque delegar no es asignar tareas a diestra y siniestra y sentarte en tu escritorio a esperar buenos resultados.

Para comenzar, primero tienes que decidir qué responsabilidades dejarás bajo los hombros de tus colaboradores.

Pueden ser desde pequeñas tareas hasta proyectos completos. La primera pregunta que tienes que hacerte es: ¿qué estás haciendo ahora que no requieren exclusivamente de tu conocimiento, habilidades y autoridad? Esta pregunta te ayudará a identificar las oportunidades.

Siempre hay ciertas habilidades compartidas con el resto de tu equipo. Estas habilidades permitirán que puedas delegar. Haz una lista de las tareas que puede realizar alguien más. Trata de que en la lista aparezcan las tareas completas, ya que esto hará sentir a quien le delegues el trabajo, un mayor sentido de responsabilidad y evitará cometer errores de comunicación al llevarlo a cabo.

Richard A. Luecke y Perry McIntosh, un par de especialistas en temas de publicidad y liderazgo, mencionan las tareas que no se pueden delegar. Entre ellas, está contratar a la gente; se pueden pedir opiniones que ayudarán a enriquecer las perspectivas de contratación. Otra de las tareas que no se pueden dejar a alguien más es la de comunicar qué se espera del equipo y cuáles son las metas para el siguiente año; recuerda que eres el líder.

Aunque puede parecerte tentador para no tener que pasar un momento complicado, tú y solo tú, debes despedir al personal y disciplinarlo. Otra cosa que ni se te ocurra dejarla a alguien más es alguna tarea que te haya encargado tu jefe.

También, debes conocer ampliamente a tu equipo y sus habilidades, así como su experiencia, dice María del Carmen Balcarcel, gerenta de Capital Humano de la firma Randstad. Además, las características que deben tener estas personas para hacer la tarea bien son: tiempo disponible, interés en el trabajo, capacidad y fiabilidad, cercanía al asunto y potencial para beneficiarse con la organización.

Las instrucciones La claridad en los mensajes.  Al asignar una tarea, las instrucciones deben ser claras y concretas, y tener un inicio y un fin. "La mayoría de líderes falla en la claridad de las asignaciones".

La validación.  Es necesario preguntar a quien se delegó la tarea, cuál es el primer paso que va a dar, para verificar que entendió bien lo explicado.

La tarea del líder.  Es necesario que el líder se haga cargo de la claridad de las indicaciones, al validar los acuerdos con los colaboradores.

El monitoreo.  El líder debe caminar con el equipo; es común malentender el término delegar con deshacerse de algo.