A Hans Schoetter le gusta atender personalmente a los viajeros en su propiedad  en  Yahuarcocha, en Ibarra. José Luis Rosales / LÍDERES

A Hans Schoetter le gusta atender personalmente a los viajeros en su propiedad en Yahuarcocha, en Ibarra. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

José Luis Rosales (I)   redaccion@revistalideres.ec
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Un espacio para casas rodantes está en Ibarra

30 de junio de 2020 14:53

Los 365 días del año en Yahuarcocha (Ibarra) es primavera. Así considera el emprendedor alemán Hans Schoetter, propietario de la Finca Sommerwind.

El nombre del establecimiento turístico que significa vientos de verano proviene de un vocablo de su lengua materna. “Cuando en el cielo - del complejo lacustre- no hay nubes, a partir del mediodía hace un fuerte viento”.

Este ingeniero naval de profesión se enamoró de la provincia de Imbabura y la hizo su casa. Está radicado allí hace una década.

Antes de armar viaje al Ecuador, Schoetter laboraba como jefe de mantenimiento en una refinería de petróleo en Europa.

Recuerda que la primera vez que conoció nuestro país fue para visitar a su hijo Jan, que se encontraba como voluntario en una finca de reforestación en Mindo, en el cantón San Miguel de los Bancos, al noroeste de Pichincha.

En este periplo, los Schoetter recorrieron varios atractivos turísticos del país. Hans emprendió viaje a Alemania, pero se fue con la idea de retornar para quedarse.

Aunque le gusta mucho la región costera prefirió establecerse en la Sierra. Para comenzar su sueño buscó una propiedad rodeada de naturaleza.

Antes del predio de Yahuarcocha le ofrecieron otros terrenos en diferentes puntos de la ‘Provincia de los Lagos’, pero no se ajustaron a sus requerimientos.

El emprendedor europeo vio un potencial a las 12 hectáreas ubicadas frente a la laguna de Yahuarcocha, pese a que eran desérticas y no contaban con servicios básicos. Eso sí, agrega, hay una vista espectacular del espejo de agua rodeado de montañas áridas.

Entre sus planes no estaba abrir un campamento turístico. Pero señala que un día llegaron algunos viajeros, especialmente europeos, en casas rodantes, vehículos que tienen todas las comodidades de un hogar, que buscaban un sitio seguro para descansar.

Ahora, prácticamente es una parada obligatoria para los aventureros que recorren desde Alaska a Argentina, o viceversa. Con un tono de orgullo asegura ser un pionero y que su espacio está registrado en el Ministerio de Turismo para recibir a estos viajeros.

En el 2014 instaló el campamento y un año después la cafetería, que se especializa en comida y cervezas alemanas.

A clientes, como Belén Rodríguez, lo que más le atrae es el trato amable, el exquisito sabor del pan y el cheesecake.

El Café atiende de viernes a domingo. El propietario asegura que a los clientes nacionales les atrae el ambiente tranquilo y el contacto con el campo.

La Finca Sommerwind cuenta con cuatro cabañas para hospedaje. Dos más grandes, con capacidad para tres personas cada una, están equipadas con cocina de inducción y refrigeradora. El costo de hospedaje es de USD 35 y 45.

Hasta antes de la pandemia arribaban 30 ‘campers’, en promedio cada mes, con turistas de diferentes países del mundo. Ese número se incrementa para la fiestas de Navidad y fin de año.

Por USD 6 diarios, las casas rodantes reciben servicio de energía eléctrica, agua potable, baño, Internet, cocina y seguridad.

Pablo Pareja, responsable de la Unidad de Turismo y Promoción del Municipio de Ibarra, resalta que es una propuesta interesante porque es un turismo diferente al convencional. “Schoetter siempre recomienda a los viajeros los sitios que pueden visitar durante su estadía en Imbabura”.

El negocio reabrió sus puertas a inicios de este mes tras la crisis sanitaria provocada por el covid-19. En el sitio se aplican medidas de bioseguridad para evitar contagios. Ahí continúan hospedadas cuatro familias extranjeras que fueron sorprendidas por el cierre de fronteras por la cuarentena.

En el grupo había viajeros de Brasil, Uruguay, Canadá, Alemania, Suiza, Francia, Nueva Zelanda. Varios de ellos retornaron a sus países en vuelos humanitarios
El proyecto de Hans se complementa con el Café Arco, una sucursal de la Finca que funciona en el centro de Ibarra.

El local es parte del plan piloto de Ciudades Amigables que busca ayudar a reactivar el turismo, en el caso de la capital imbabureña en el centro histórico.

45 DÓLARES es el costo de alojamiento en las cabañas para 3 personas.

Datos del negocio

En el Ministerio  de Turismo la Finca Sommerwind está registrado como campamento turístico, categoría única.

El local  también está disponible para el desarrollo de compromisos sociales, como cumpleaños.

En el menú  denominado Biergarten constan platos fuertes, una variedad de postres y cervezas alemanas.

La venta  de pan y tortas alemanas y mermeladas caseras es uno de giros del negocio que afianzó en la pandemia.

El personal   que atiende el establecimiento luce ropa típica de Alemania.