Redacción Quito
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ESPE: el obejtivo es mejorar el ADN de los vegetales

Cristina Brito cuenta que no conocía el campo de aplicación de la biotecnología, cuando decidió ingresar en el 2006 a la Escuela Politécnica del Ejército (Espe), en Sangolquí. Hoy, dedica 40 horas semanales a su tesis, para graduarse y terminar esta carrera de cinco años. Su meta es estandarizar los procesos de incubación ‘in vitro’, de células del babaco.

El trabajo que realiza es parte de una investigación macro, para determinar el mapa genético de esa fruta. Se trata de un proyecto del Laboratorio de Tejidos Vegetales de largo plazo, que surgió hace cinco años y se prevé concluir en el 2022.

Mónica Jadán, jefa del laboratorio, explica que desde el 2004, el centro estudia la composición genética de diversos vegetales y su propagación a gran escala. El objetivo es proporcionar plantas que permitan desarrollar más a la agroindustria y educar a profesionales que promulguen el cuidado y conservación de las especies endémicas, en peligro de extinción.

La Espe asigna un presupuesto de entre USD 10 000 y 15 000 al año, para el funcionamiento y equipamiento del laboratorio. En ese monto también se financian hasta tres tesis de grado, por año.

La técnica de propagación que desarrolla ese centro consiste en multiplicar plantas a partir de una hoja, un pedazo de tallo o una raíz. Estos tejidos se seleccionan de los vegetales que muestran las mejores características biológicas. En cada segmento elegido se aplican reactivos y hormonas que permiten el crecimiento de otras células. Cada nueva célula se somete al mismo procedimiento y así se van multiplicando los embriones que se siembran en un sustrato, con los mismos minerales que proporciona el suelo, durante dos o tres meses. Las nuevas plantas crecen en ambientes estériles a 22 grados centígrados y una humedad relativa al 65%.

Los costos para financiar proyectos de biotecnología son elevados, por lo que la Espe establece convenios con instituciones públicas y privadas. El último, firmó con la Municipalidad del Cantón Patate, en Tungurahua, en septiembre del 2011.

Danilo Galeas, jefe de Estudios Agropecuarios del Municipio de Patate, indica que el trabajo que realizan con los alumnos de Biotecnología busca beneficiar a los productores locales de plantas de mora y tomate de árbol, libres de enfermedades y virus. “El Municipio ha destinado USD 10 400 para la obtención de más de 10 000 plantas. En diciembre de este año ya se cosecharán los primeros frutos”, señala.

La estudiante Patricia Albarracín participa en los proyectos del laboratorio. En el 2011, ella diseñó e instaló un sistema para triplicar la capacidad de micropropagación que se desarrolla en ese lugar.