En la zona de Coñaqui, en el cantón Urcuquí (Imbabura) se cultiva el fréjol. El año pasado la producción se mantuvo similar a la del 2015 y esto se debe a la capacitación de los agricultores. Para LÍDERES: Francisco Espinoza

En la zona de Coñaqui, en el cantón Urcuquí (Imbabura) se cultiva el fréjol. El año pasado la producción se mantuvo similar a la del 2015 y esto se debe a la capacitación de los agricultores. Para LÍDERES: Francisco Espinoza

Estabilidad en el cultivo de fréjol

20 de febrero de 2017 16:17

Entre el 2014 y el año pasado, la producción de fréjol se mantuvo estable, con un ligero crecimiento. Según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), el crecimiento fue de 3% en el año pasado; cifra similar a la del 2015 

Aunque el clima sí influyó en la producción de este y otros cultivos, las zonas más afectadas en la siembra de esta leguminosa estuvieron en el Litoral, de acuerdo al informe de la entidad estatal.

Para el presidente de la Cámara de la Agricultura de la Primera Zona, Rodrigo Gómez de la Torre, la producción de fréjol se ha mantenido estable entre el 2014 y 2016, debido a las capacitaciones y tecnificaciones que recibieron los agricultores.

En el cantón Patate (Tungurahua), por ejemplo, la cosecha de esta leguminosa no presentó cambios. Y los productores de Pallatanga (Chimborazo) cosecharon un 10% más que el período anterior, de acuerdo al BCE.

Mientras que en el cantón Chunchi (Chimborazo) el volumen de producción fue menor, aunque el estudio del BCE no precisa cifras. El mismo documento indica que se espera una mejora en la producción este año porque los productores cuentan con asistencia técnica, como ‘kits’ de cultivo, que es financiado por el Gobierno en un 30%.

En el Ecuador, Imbabura y Carchi son las provincias en las cuales predomina la producción de fréjol. Pero también hay cultivos de la leguminosa en Chimborazo, Bolívar, Azuay, Loja, Guayas, Pichincha, Tungurahua, Cotopaxi, Los Ríos, Manabí, Cañar, Napo y Morona Santiago.

En estas provincias se produjeron 6 127 toneladas de fréjol seco en el 2015, según los datos publicados en el Sistema de Información del Agro, del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

Mientras que el fréjol tierno (en vaina) fue de 9 324 toneladas en ese mismo año, incluyendo otras provincias como Santo Domingo de los Tsáchilas y Sucumbíos.

El jefe de Gestión Ambiental y Desarrollo Económico del Municipio de Mira (Carchi), Jairo Buitrón, indica que en esta zona existen 2 000 hectáreas ubicadas en la zona de la cuenca baja del río Mira, para la producción de fréjol. Allí, aproximadamente 500 agricultores se dedican a esta actividad campestre.

En este sector se cultivan dos variedades de fréjol: el calima negro que tiene color vino y manchas blancas; y el negro.

En la cuenca baja del río Mira, la cosecha de la leguminosa es cada tres o cuatro meses, indica Buitrón. No obstante, el año pasado sí se presentó una reducción -aunque el funcionario no preciso cifras- debido a que los agricultores migraron del campo a la ciudad y otros se dedicaron a cultivos, como el aguacate.

Otro problema que se presentó en el sector el año pasado fue el costo de producción frente a la ganancia. Buitrón detalla que para cultivar de 15 a 20 quintales de fréjol, al agricultor le cuesta USD 1 200. El rubro se destina para el mantenimiento de los predios, compra de insumos entre otros.

La venta de un quintal de fréjol en el mercado en promedio es de USD 30: “no representa ninguna ganancia para el agricultor”, manifiesta Buitrón.

Patricio Pérez, creador del centro de acopio de leguminosas en el caserío Písquer -ubicado en Mira-, indica que el lugar funciona desde el 2007. El proyecto se desarrolló en conjunto con una organización no gubernamental extranjera.

La idea del centro de acopio es recolectar todo lo producido por los agricultores para venderlos directamente, sin la intervención del intermediario. También se recolectan otros granos como maíz.

Desde el 2007 hasta el 2014, todo el fréjol ubicado en este centro sirvió para las exportaciones hechas a Colombia, detalla Pérez.

Sin embargo, el año pasado se dejó de recoger el grano debido a que la actividad ya no representa un ingreso para los agricultores. Y esto se debe, según Pérez, a que el costo de producción se encareció.

El centro de acopio tiene algunas metas para los próximos años. La primera es implementar tecnología para la transformación del fréjol. Y posteriormente el objetivo es retomar mercados como el colombiano para ubicar el producto local.

Para este año, los 100 agricultores que trabajan con fréjol están procesando sus cultivos para cosecharlos en junio próximo, detalla Pérez. Con esto también esperan una recuperación para venderlo en los principales mercados del norte del país.