Las ferias y visitas turísticas son sus estrategias de venta
Más de 50 indígenas elaboran bisutería, adornos de cerámica y madera, objetos utilitarios, instrumentos musicales, textiles, entre otros, en las comunidades de Lagunas, Ilincho, Ñamarín y Gunudel, ubicadas en el cantón Saraguro, en el norte de Loja.
Ellos tienen dos estrategias para la comercialización de sus creaciones. La primera es participar en ferias que se realizan en esta provincia o en otras regiones del Ecuador. La segunda es aprovechar la visita a sus talleres de los turistas nacionales o extranjeros.
Miguel Ángel Lozano, de 65 años, quien vive en el poblado de Gunudel, aplica esta última alternativa. Él es experto en la técnica del barro y sus creaciones han sido enviadas a Estados Unidos, Japón y Europa.
Su taller ha sido visitado por embajadores y turistas, “que han llevado las piezas. El extranjero valora más las artesanías indígenas y más si se tratan de objetos que recrean la cultura, las tradiciones y la forma de vida de los indígenas”, dice Lozano.
Él estudió Arte en la Universidad Técnica Particular de Loja. Allí, aprendió desde la preparación de la pasta para moldear la cerámica hasta los diseños, formas y la utilización de colores… Antes se dedicaba a la agricultura.
Con este aprendizaje, Lozano empezó desde 1984 a elaborar piezas con motivos que identifican a su pueblo. Tiene jarrones y platos decorados con la imagen de mujeres u hombres indígenas.
También, cuenta con diseños que evocan al maíz, al tupo, al guango y los aretes, que son parte de la indumentaria de los indígenas saraguros.
Por lo general, trabaja los fines de semana. Todo lo hace de forma manual, ayudado de la precisión de sus dedos que los humedece las veces que sean necesarias para retirar las partículas del barro.
En cambio, la indígena Elena Macas, de 52 años, elabora desde hace 25 años, blusas y polleras bordadas. También, aretes, collares y llaveros con los mullos. “Hay que actualizarse para crear nuevas técnicas y ajustarse a las demandas de la gente”, dice esta indígena quien ha participado en ferias con sus collares en EE.UU.
En su taller exhibe sus creaciones. La prenda más económica cuesta USD 1 y es un par de aretes y la más elaborada USD 100 y se trata de un collar ancho. “En la combinación de los colores y diseños está la belleza de todo”.
Otro artesano saraguro es Patricio Quizhpe, quien lleva 11 de sus 38 años, dedicado a la elaboración de instrumentos musicales y objetos elaborados con fibras naturales como el carrizo, bambú, mate, poto, entre otros.
Según él, cada pieza está relacionada con la cultura. Entre sus objetos más demandados en las ferias están las flautas con las que los artistas entonan melodías ancestrales como el chaspishka.
Quizhpe estudió Diseño y Arte en la Universidad Técnica Particular de Loja y se perfeccionó en el pirograbado, que es una técnica de grabado que consiste en el quemado de la madera.
De esta forma elabora imágenes de indígenas, instrumentos musicales y otras imágenes sobre platos y jarrones. Él también vende sus obras en su galería-taller.