Redacción Quito
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En su formación se valoran las sonrisas

Desde septiembre del 2010, en la nómina de voluntarios de las misiones que la Fundación Operación Sonrisa realiza en el país, constan estudiantes del Colegio Terranova.

22 jóvenes de esta institución educativa, situada en Cumbayá (nororiente de Quito), pertenecientes al segundo y tercer año de bachillerato, han colaborado con las misiones médicas internacionales. Estas están enfocadas a intervenir quirúrgicamente a pacientes de escasos recursos, con malformaciones, como paladar hendido, enfermedades congénitas, etc.

El trabajo inicia, según explica Alejandra Cornejo, con la postulación a ser un representante del Colegio Terranova para la misión. El grupo se conforma con estudiantes que tienen afinidad con los temas médicos y que cuentan con récord académico que garantice a sus docentes no decaer en el ritmo de estudios, pese a que tengan que ausentarse de cinco a seis días.

“He asistido a dos misiones de Fundación Operación Sonrisa. Para la misión de Latacunga, en Cotopaxi (mayo) recolectamos USD 700 vendiendo pizzas en el colegio. Se ocupan para financiar los gastos de traslado y hospedaje”. explica Cornejo, alumna de 3ro. de bachillerato.

Los convenios de participación con Fundación Operación Sonrisa son algunas de las actividades del programa CAS (creatividad, acción y servicio). Este es un requisito que los estudiantes deben culminar para la obtención del ‘Diploma’ del Bachillerato Internacional en el Colegio. Así lo indica la coordinadora Joan Aswell.

José Antonio Rosales ha asistido a tres misiones. Para este alumno, las experiencias son más que un requisito académico. “Nos encargamos de más de 300 niños por cada misión. Les acompañamos en la evaluación, en el pre y posoperatorio. Hay casos en los que no se pueden intervenir a los menores, por precautelar su integridad física”, explica el joven.

Macarena Vela recuerda el trabajo extenuante que realizó en julio del 2011. Participó en una misión odontológica en Guayaquil, en donde se atendieron a 400 niños de escasos recursos económicos. “Palpar otras realidades me ayudó en mi crecimiento emocional”, comenta.

Jaime Del Hierro, representante de la Fundación Operación Sonrisa, destaca la labor de los estudiantes del Colegio Terranova en dos aspectos. Uno, su entereza por participar en las labores propias de una sala de operaciones, como en el acompañamiento físico y psicológico a los niños a ser intervenidos. Dos, su apoyo en la traducción inglés - español para el equipo médico, que es vital para las misiones.