Francisca Castellanos es CEO y fundadora de Crick Superfoods, una startup de Ecuador, que produce y comercializa productos alimenticios con proteína de grillo. Foto: Julio Estrella.

Francisca Castellanos es CEO y fundadora de Crick Superfoods, una startup de Ecuador, que produce y comercializa productos alimenticios con proteína de grillo. Foto: Julio Estrella.

Francisca Castellanos busca un impacto social y la inclusión en sus empresas

16 de marzo de 2022 00:53

Lo primero que llama la atención en ella es la energía de sus palabras y su voz alegre. Francisca Castellano contagia optimismo y comparte sus ideas sociales, que en la práctica son sus emprendimientos.

Claramente manifiesta que para ella es importante que, si emprende en algo, siempre debe tener un impacto positivo en la sociedad.

Ese entusiasmo viene de sus raíces: creció en una familia emprendedora y activa en los negocios.
México fue su inicio y desarrollo como un ente activo para la sociedad, dice. Cuando tenía 19 años fue a estudiar su carrera en el Tecnológico de Monterrey, con una beca del 90% de su programa de alto rendimiento académico para Latinoamérica. Estuvo entre los 100 mejores alumnos becados y se graduó en Ciencias Internacionales.

Durante los seis años que vivió en ese país creó dos emprendimientos relacionados con la inclusión de personas con discapacidad al mundo laboral y en la elaboración de alimentos saludables.

De México vino su siguiente idea, disruptiva, que impulsa en Ecuador: alimentos hechos a base de polvo de proteína de grillo, con un enfoque de consumo responsable. Su empresa se llama Crick Superfoods, acoplada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas.

La Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI) la reconoció el año pasado como una de los 50 Mejores Emprendedores Sociales. Con ello, Castellanos, de 29 años, se ganó una beca que promueve la AEI, para que ella exponga su iniciativa en Israel y para ello viajará en mayo.


Su superalimento

Tras su regreso al Ecuador, en el 2018, fundó Crick Superfoods. Produce nachos, topping, tostadas y tortillas, elaborados con proteína de grillo, maíz amarillo y negro, sal marina y otros ingredientes saludables. Sus productos se comercializan en el mercado nacional desde 2020, un año que se transformó en una oportunidad de ventas.

Utiliza el grillo de la especie Acheta domesticus, que se cría en una granja de Quito, en un ambiente controlado y autorizado por el Ministerio del Ambiente. Para el proceso extrae la proteína del grillo y mezcla con los otros alimentos.

Esta especie contiene un alto índice de proteína, hierro, calcio, vitamina B12 y otros nutrientes que lo hacen un superalimento. Eso determinaron los estudios que realizó antes de sacar su producto y los que hizo en México, cuando estudiaba.

Crick Superfoods tiene la certificación internacional Entotrust, para productos y bebidas con insectos. “Eso nos da una apertura que estamos certificados en calidad, sustentabilidad e inocuidad”.

En mayo del 2020 abrió su primera tienda en Quito y luego se expandió con 10 puntos entre Guayaquil, Santo Domingo, Manta y Machala. Llegó el 2021 y con la ayuda de la AEI entró a las 25 tiendas de la cadena de El Español y fue a más provincias.

Crick Superfoods surgió mientras estudiaba una certificación de impacto social en la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) y hacía andinismo. En uno de esos viajes a la montaña tuvo la idea de elaborar un alimento proteico, que no tuviera suero de leche, para las personas intolerantes a la lactosa como ella. Así reemplazó las barras energéticas que le cayeron mal en ese paseo.

A la vez recordó que en México descubrió y aprendió sobre las propiedades nutricionales del grillo o chapulín, la misma especie que usa en sus productos. Como parte de las iniciativas sociales del TEC de Monterrey, capacitaba en nutrición a las familias de Amealco (Querétaro).

A las mujeres les enseñó que también podían consumir el grillo con sus tortillas, para mejorar su dieta; ellas los recogían después de la lluvia, los cocinaban y luego tostaban para vender en las ciudades.


Su aprendizaje en México

En el TEC de Monterrey fue Vicepresidenta del Comité de Acción Social. Con las habilidades que tenían no querían hacer un proyecto que solo fueran donaciones o trabajo comunitario en una fundación para personas con discapacidad, sino algo que tuviera transcendencia.

La primera empresa se llamó Inati. Se vinculó con la fundación Vida Activa, con la cual hacían productos alimenticios altos en proteína con amaranto, para personas con síndrome de Down.
Ganó varios premios en Guatemala y Costa Rica.

En 2015 fundó el emprendimiento ‘Inclúyeme y aprendamos todos’, para incluir 30 personas con discapacidad intelectual y auditiva en lo laboral y social. Ellas hacían prácticas en la universidad y luego las insertábamos en el mundo laboral. En el 2020 vendió sus acciones a la Asociación de Sordos de Querétaro.