El Presidente Ejecutivo de la Asociación de Industrias de Bebidas No Alcohólicas del Ecuador (AIBE) explica los procesos de innovación que se desarrollan en el sector. También habla del momento económico del país y su impacto en esta actividad. Foto: Dieg

El Presidente Ejecutivo de la Asociación de Industrias de Bebidas No Alcohólicas del Ecuador (AIBE) explica los procesos de innovación que se desarrollan en el sector. También habla del momento económico del país y su impacto en esta actividad. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Francisco Mena: ‘Se alista inversión por 1 000 millones’

29 de abril de 2019 07:57

¿Cuál es el diagnóstico que se puede hacer a la industria de bebidas no alcohólicas del país en este momento?
La industria está inmersa dentro de la coyuntura económica del país, no se la puede aislar. Todos sabemos los ajustes que se vienen realizando, además hay proyecciones que señalan que este año la economía decrecerá. También está el desempleo que afecta a la liquidez de las personas. Con los créditos de los multilaterales habrá un alivio para un tiempo determinado, pero se tendrán que seguir haciendo correcciones. En este escenario, el país necesita más inversión del sector privado y reformas laborales.

Muchos sectores coinciden con ese diagnóstico. ¿Qué está pasando con la industria de bebidas no alcohólicas?
Desde el 2016 experimentamos un impuesto. A las bebidas azucaradas, con más de 25 gramos, se les fijó el impuesto de USD 0,18 por litro. Eso afectó a la industria, fue un asunto impositivo, recaudatorio. Se pasó de recaudar por ICE alrededor de USD 55 millones en 2016 a USD 110 millones en el 2017. Se cumplió ese fin recaudatorio en ese momento, pero eso afectó al sector en esos años. Para el 2018, con innovación el sector generó nuevas bebidas, nuevas presentaciones, con bajas calorías o sin calorías. Así se dieron más opciones para escoger al consumidor. Esto frenó la caída del 2016 y 2017 y se logró, el año pasado, un pequeño crecimiento de 5% en volumen.

Esa cifra de crecimiento es mayor que el de la economía ecuatoriana...
Sí. Esto se dio por las fortalezas de la industria. El portafolio de productos ha evolucionado. En el 2016 las bebidas azucaradas tenían un 92% del portafolio, hoy tienen el 60%. Hay una migración del portafolio.

El consumidor también demanda cada vez más otras bebidas distintas a las azu­caradas...
Así es. Por eso hoy tenemos bebidas azucaradas, gaseosas, tés, aguas saborizadas, aguas con y sin gas, energizantes...

¿Cuál de estas bebidas predomina en el mercado?
Las azucaradas representan un 39% y las aguas, en distintas presentaciones, tienen un 38%. Es bastante equilibrada la relación. El resto se reparte entre jugos, tés y otras bebidas no alcohólicas.

¿Cómo impacta en el negocio los cambios del consumidor, que cada vez es más informado y exigente?
Cada empresa del sector tiene su estrategia. Pero todas tratamos de dar a conocer las alternativas para el consumidor. Tenemos estudios que dicen que las bebidas gaseosas representan un 3,5% del ingesta calórica de una persona. No está bien que se le culpe a un producto de ser más perjudicial que otro. Hay que poner en la mesa factores como el tema genético, la actividad física de la persona, la cantidad y la clase de alimentos que consume. Hay que ver los hábitos de consumo de las personas y la industria es parte de esa enseñanza, pero no está sola, tiene que interactuar con el Gobierno, la academia, líderes de opinión.

¿Como está esa interacción que usted menciona? ¿Qué tan cercanas están las empresas de la academia?
Hay investigadores de distintas universidades que estudian el tema. Cada actor no puede conseguir por sí solo los objetivos. Hay capacitaciones al respecto. También hay apertura del Gobierno para desarrollar actividades público-privadas. Solo así se podrán conseguir resultados.

¿Qué tanta apertura existe de parte de las empresas del sector para sumar inves­tigadores que se forman en las universidades?
Todas las empresas son generadoras de empleo y por eso tienen planes de inversión para seguir creciendo. Al haber inversión se generan oportunidades en las empresas de bebidas no alcohólicas y la investigación y desarrollo es un área crítica para las empresas. Por eso se necesita claridad normativa y estabilidad tributaria, una reforma laboral que permita pensar en el mediano y largo plazo. Las compañías del sector proyectan inversiones por alrededor de USD 1 000 millones dentro de los próximos tres a cinco años. Eso se da porque se cree en el país y se genera empleo. Por cada dólar de venta se genera USD 0,70. Si las inversiones siguen se generarán más empleos en el país.

¿Cómo se distribuirá la inversión que usted menciona?
Servirá para nuevas plantas, tecnificación, para mejorar la infraestructura, así como la logística de la industria. Dentro de las fortalezas del sector está el hecho de que podemos ser un referente en temas ambientales. Ya venimos trabajando en lo que es economía circular, es decir en la reducción del uso de materiales plásticos. Una de las firmas asociadas recicla el 87% de los plásticos que coloca en el mercado.

Justamente el uso de plástico es uno de los temas que genera debate por la resistencia que genera entre la ciudadanía. ¿Qué se está haciendo al respecto?
Allí está la economía circular que promueve el reciclaje. Además hay una normativa que señala que en la elaboración envases PET el 25% es material reciclado. También hay campañas para educar al consumidor en la gestión de residuos como los envases de bebidas no alcohólicas. En ese sentido diría que la industria está adelantada en comparación con otros sectores. Trabajamos con 20 000 recicladores apoyando y capacitando.

¿Cuánta innovación existe en esta industria?
Cada empresa tiene sus planes y trabajan en nuevas formulaciones y nuevos productos, adaptados al paladar. Se sigue trabajando en reducir el peso de las botellas, en utilizar menos plástico.

¿A qué se apunta en los próximos 5 o 10 años en temas de innovación?
La meta es reciclar el 100%. ­Todo lo que se coloca en el mercado tiene que reciclarse, se espera llegar a eso entre el 2025 y el 2030. Hoy el porcentaje es el 25%. Esto se lo trabaja desde hace algún tiempo.

¿Todos estos planes se pueden alterar con los vaivenes económicos del país?
Ya lo estamos viviendo ahora. Este año, en una recesión, la idea es vender al menos los mismos volúmenes que el 2018. Se siente la falta de liquidez, se habla de subir o bajar el IVA.

El problema no es si el consumidor puede pagar más IVA, sino que no tiene para comprar lo que desea, es un tema de la capacidad adquisitiva del consumidor y eso afecta a la industria.

Este sector genera trabajo para el sector de los tenderos, que es un emprendedor innato, con capitales pequeños. Dentro de la cadena de distribución el 70% de las ventas de bebidas no alcohólicas se realizan en las tiendas de barrio, el resto de ventas está en supermercados, restaurantes, etc. La tienda de barrio es un punto crítico y por eso se les capacita a sus dueños constantemente.

Hoja de vida

Cargo.
 Desde febrero del 2018 es el Presidente Ejecutivo de la Asociación de Industrias de Bebidas No Alcohólicas del Ecuador. Esta agrupación
acoge al 83% de las empresas fabricantes y embotelladoras
de bebidas no alcohólicas del Ecuador.
Trayectoria. Es socio fundador de FMG Exports & Imports.
Fue miembro del Directorio de The Latn American Trade & ­Investment Asociation. Trabajó en las oficinas de Pro Ecuador en el Reino Unido.
Formación. Tiene un MBA del IDE Business School. Además estudió Administración de Empresas en Eastern University.