Estamos a punto de graduarnos de un año extremadamente difícil, y ojalá con los merecidos honores. Se han perdido trabajos, sueños y ni pensar en las pérdidas humanas.

Ha sido una toma de consciencia, en su mayoría, a la fuerza y con sabor amargo. Y hoy, casi al final del año, es muy posible que notes un cambio de valores y prioridades en ti, y que a su vez te han llevado a tomar diferentes decisiones y a comportarte de manera distinta.

Dale la bienvenida a tu nuevo yo y a lo que viene. Ya no hablamos solamente de una nueva forma de trabajar y vivir, sino de un nuevo mundo. Y los cambios grandes, así como los hemos experimentado de primera mano, generan disrupción. Pero lo cierto es que si estas leyendo esto, con buenas o malas notas y experiencias durante el año, aquí estás, de pie y con muchos aprendizajes. ¿Qué ha cambiado en ti?, ¿eres la misma persona que hace un año?, ¿quién eres hoy y cómo ha cambiado tu esencia?

Cierra el año con la cabeza en alto y con mucha empatía hacia los demás. ¿Y si cerramos el año ayudando a alguien más, cuando más lo necesita? Aún estamos a tiempo. Te veo en la graduación.