Edwin Campués  es el fundador de este emprendimiento. Él cuenta con la ayuda de su esposa e hijos. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES

Edwin Campués es el fundador de este emprendimiento. Él cuenta con la ayuda de su esposa e hijos. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES

Helados cautivan con semillas andinas

20 de febrero de 2017 10:55

Los helados no solo deben ser refrescantes. También deben ser deliciosos y nutritivos.
Bajo esa premisa, Edwin Patricio Campués Calcán, de 38 años, instaló la heladería Esencia Andina, que ofrece mantecados de quinua, amaranto, chaguarmishqui, linaza, zapallo, sambo, guarango...

Los singulares ingredientes, típicos de la cocina tradicional indígena de la Serranía, atraen a los clientes a los locales ubicados en los cantones Cayambe y Tabacundo, en el norte de Pichincha.

Una de ellas es Rosario Guaña, que desde la primera vez que probó los refrescantes bocadillos, hace cinco años, quedó fascinada.

La comerciante aprovecha su tiempo libre para refrescarse con un heladito, cada día. Ella comenta que sus preferidos son los que tienen sabor de haba o de mora.

Según Guaña, a diferencia de los típicos que tienen colorantes y sabores artificiales, los helados de Esencia Andina le alimentan.

El emprendimiento comenzó hace 19 años. Campués y su esposa, Nancy Cabascango, decidieron dedicarse a la venta de estas frías golosinas. Pero querían ofrecer algo diferente. De esta manera decidieron sacar al mercado los mantecados nutritivos. Ese es el valor agregado.

La iniciativa fue la tabla de salvación de la familia, luego que Edwin Campués fuera despedido del almacén de repuestos en donde trabajaba, en Quito.

Por ese entones, la pareja tenía dos hijos. Ahora tiene seis.

Con los 600 000 sucres que recibió de liquidación compraron un congelador, una licuadora, cinco litros de leche y las semillas andinas para elaborar los helados.

En un cochecito con el que recorrían las calles del centro de Cayambe la pareja inició el negocio. Ahí pusieron en práctica las destrezas que habían adquirido en casa produciendo postres, con ingredientes tradicionales, para alimentar a sus pequeños.

Nancy Cabascango rememora que así lograron reintroducir en la dieta familiar productos ricos en nutrientes, como la quinua y el amaranto, que sus hijos y sobrinos iban dejando de lado, poco a poco.

Los helados nutritivos, elaborados con productos tradicionales andinos, tuvieron buena acogida.

El floreciente negocio les permitió primero arrendar un local en el Mercado Municipal de Cayambe. Luego lo compraron.

La heladería funciona en el segundo piso, en el local B-017. Ahí, Nancy Cabascango atiende junto a una de sus hijas, de lunes a domingo, de 09:00 a 18:00.

Luego abrieron una sucursal, que está ubicada en La Y de Tabacundo, a la orilla de la vía Panamericana, junto a la estación de combustibles. En ese lugar, Edwin Campués y su hijo Jefferson, de 16 años, atienden la demanda de los golosos de martes a domingo, de 07:00 a 19:00.

En los últimos años, el abanico de sabores creció a 22. Los que tienen mayor preferencia son los de quinua, amaranto y mora.

Cada helado cuesta USD 1,25. Pero si el cliente escoge de dos o más sabores, por cada uno se cobra USD 1. Eso les garantiza ventas de USD 150 diarios.

Campués, nativo de la parroquia Olmedo, de Cayambe, asegura que el proceso se inicia con la adquisición de las semillas.

“Compramos los productos agroecológicos de la zona directamente a los campesinos”.
Luego la materia prima es procesada. Los alimentos como la quinua y el arroz de cebada se trituran en molinos de piedra y se procesan en cocinas de leña. “Eso les da un sabor más delicioso. La idea es que no solo tengan elementos tradicionales, sino que se elabore a la vieja usanza”, explica el emprendedor.

Se trata de procedimientos que han sido heredados de los pueblos ancestrales. El chaguarmishqui, por ejemplo, se extrae haciendo una perforación en la parte baja del tallo de los pencos de cabuya.

La savia aflora como un jugo oscuro de sabor dulce, que se cuece con el arroz de cebada. Finalmente el elixir ingresa al congelador.

Los fabricantes aseguran que el helado de chaguarmishqui es ideal para personas que sufren osteoporosis. También -comentan- previenen la inflamación de la próstata y ayuda a disipar las vías respiratorias congestionadas.

Esencia Andina está innovando permanentemente los sabores. Quizá por eso sus productos han sido recogidos en varios textos sobre ‘huecas’ tradicionales de la Sierra Norte del país.