Las humitas se preparan en la fábrica, que funciona en Quito con el choclo que se adquiere a los agricultores del cantón Catamayo, en Loja. Foto: Cortesía: Del Valle Lojano SL

Las humitas se preparan en la fábrica, que funciona en Quito con el choclo que se adquiere a los agricultores del cantón Catamayo, en Loja. Foto: Cortesía: Del Valle Lojano SL

Las humitas lojanas van a España y Suiza

22 de marzo de 2022 21:59

David Sigüencia y su esposa Patricia Gómez llevan nostalgia y sabores que evocan a la tierra donde se nace. Su empresa exporta las tradicionales humitas lojanas a los países europeos, donde viven las colonias más importantes de los migrantes ecuatorianos.

Son las mismas humitas que se encuentran desde hace más de una década en la cadena de Supermaxi y Megamaxi. Las primeras humitas Del Valle Lojano, el producto principal del negocio, se comercializan desde diciembre pasado en España y Suiza, comenta Sigüencia.

En este mes llegó el segundo contenedor con 21 toneladas de humitas, quimbolitos, mote cocinado y masa de verde (plátano). En el primer cargamento, que salió en octubre del 2021 desde el puerto de Guayaquil, se exportaron 18 toneladas. Ahí también incluyeron pulpa de frutas.

Sigüencia cuenta que ha sido tanta la aceptación, que debieron aumentar el volumen de la producción, porque la venta se hizo en un corto tiempo. No solo compran los ecuatorianos, sino también los mexicanos y los peruanos del norte de ese país, quienes consumen este alimento, comenta el presidente de esta empresa familiar.

La buena acogida -cree- se debe a que sus humitas son elaboradas con choclo lojano, que se cultiva en el cantón Catamayo. Desde que iniciaron con este emprendimiento, hace 17 años, siempre usaron este grano, dice Sigüencia, ya que su esposa es lojana. Desde entonces se compra a los agricultores de ese valle.

El quimbolito es otro producto que ha tenido una buena aceptación por parte de los consumidores españoles, holandeses y alemanes, comenta Sigüencia. Les llama la atención su envoltura en hoja de achira y su masa esponjosa, con una apariencia a un pastelito o tarta.

La ventaja de la compañía ecuatoriana es que no hay otro bocadillo igual en el mercado europeo. Por esa razón, en la segunda exportación aumentaron de 5 000 a 15 000 quimbolitos.
Las humitas y los demás elaborados se comercializan bajo la marca Delicias de mi tierra, con el fin de cautivar a los migrantes latinos, en general.

La venta se efectúa a través de los distribuidores que ofrecen productos latinos en Madrid, Valencia, Barcelona, Navarra, La Rioja y otras ciudades españolas. Estos ‘snacks’ ecuatorianos están en los locutorios, restaurantes, tiendas y cafeterías de ese país. Además, existen otros puntos en Suiza.

La proyección para el siguiente mes es estar en Bélgica, Italia y Noruega. Pero, también buscan extenderse a Austria, Alemania, Inglaterra y Florida, en Estados Unidos, donde hay interés de comprar los productos. Se tiene previsto enviar un contenedor a finales del año.

Pero las humitas se venden en ese país desde el 2012, bajo la marca Mamá Tere, un negocio que está en Nueva York. Esos mercados se fortalecerán a través de la venta en línea. Este canal de ventas funcionará a fines de este mes, explica el piloto Sigüencia.

Esa profesión le dio la oportunidad de abrir el mercado europeo. Hace tres años, por su trabajo debió radicarse con su familia en Madrid. Ahí, él y su esposa crearon una empresa para hacer las ventas en el extranjero.

La producción se realiza en Quito, donde se encuentra la planta, equipada con una moderna maquinaria y una certificación de Buenas Prácticas de Manufactura. Desde ahí sale el cargamento hacia Guayaquil con destino al puerto de Valencia, en España.

Su familia y sus colaboradores se encargan de la operación en Quito, mientras que su esposa maneja las áreas administrativa y financiera desde Madrid.

Sus hermanos, padres y suegros han sido su apoyo, desde que se creó el emprendimiento, luego de que Sigüencia se retirara como capitán de la Fuerza Aérea. Al salir se quedó en el desempleo y no encontraba trabajo, hasta que su suegro le dio la idea que elaborara humitas y saliera a vender.
Ahora, dice con satisfacción, su empresa sigue creciendo y tiene una nueva motivación: hacer que se conozca y se posicione la gastronomía ecuatoriana en otras partes del mundo.