Ángel Souto, Christian Fröhlich, Carlos Carrillo y Álex Guerrero, en uno de los estudios de grabación.

Ángel Souto, Christian Fröhlich, Carlos Carrillo y Álex Guerrero, en uno de los estudios de grabación. Foto: Julio Estrella / Líderes

La creatividad es el centro de este instituto quiteño

11 de octubre de 2018 11:01

Era marzo de 1996 y un instituto tecnológico abría sus puertas en Quito. Un puñado de jóvenes fue el primer grupo de estudiantes del Instituto de Artes Visuales (IAVQ).

Ellos se habían inscrito en la carrera de Diseño Gráfico. De ese grupo, 17 se graduaron en 1999, luego de tres años de cursar esta carrera técnica, pero que también tiene un lado creativo y artístico.

Precisamente, el instituto IAVQ nació con la idea de formar profesionales para actividades artísticas o de la industria cultural. Fue una suerte de emprendimiento, con retos y dificultades.

El IAVQ tuvo su primera etapa en un local ubicado en la zona de La Mariscal. Sus estudiantes y profesores pasaron por un par de locales más. Y desde el 2006 el centro ocupa un edificio de 1 500 metros cuadrados, a pocos metros del Seminario Mayor.

La sede actual se levanta en varios niveles, desde un subterráneo -en donde sus alumnos caminan entre estudios de grabación, instrumentos musicales y cámaras fotográficas- hasta las aulas que se distribuyen a lo largo de pasillos en los que predominan la combinación de colores.

El ambiente es distendido. Se siente que es un espacio dedicado a desarrollar ideas creativas. Su oferta creció y hoy se cuentan seis carreras: Diseño Gráfico y Multimedia; Diseño de Interiores y Decoración; Producción y Realización de Cine, TV y Video; Actuación; Diseño Sonoro y Acústica; y Producción Musical.

Desde 1996 hasta la fecha se han graduado 1 138 estudiantes.

Los inicios fueron complicados. La meta en el primer año fue llegar a los 100 estudiantes. “Una premisa en el arranque era apuntar a la diversidad de conocimientos, con artistas que vienen del diseño, la música, el cine. Eso fue muy interesante para atraer a los alumnos y generar ideas creativas”, dice Carlos Carrillo, actual rector del instituto.

Un punto de quiebre que dio impulso a este centro ocurrió en el 2010, cuando fue evaluado por las autoridades de educación superior del país. El IAVQ recibió la clasificación A ese año y desde el 2014 se encuentra acreditado como un instituto superior de arte por el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) y por el Consejo de Educación Superior (CES).

Esas certificaciones dieron fuerza apara seguir y apuntar a nuevas direcciones. “Empezamos a trabajar en producción artística. Pasamos de tecnología en sonido a diseño sonoro, por ejemplo”.

Ahora el IAVQ entrega a sus graduados títulos de tercer nivel y trabaja para ser el primer instituto tecnológico universitario del país, según sus autoridades.

La mayoría de los docentes son artistas profesionales reconocidos en el medio. Además el centro se describe como una comunidad internacional porque cuenta con profesores cubanos, venezolanos, argentinos, chilenos, españoles, ecuatorianos...

¿Cuál es el perfil del egresado? Son artistas y emprendedores, dice Carrillo. El sistema aplicado en las aulas los capacita para ser parte de la industria creativa, conectada con la llamada economía naranja. Los graduados están ocupados hoy en día en teatros de la ciudad, en productoras musicales, en empresas de eventos, medios de comunicación, dentro y fuera del país.