La empresa Healthy Food produce mermeladas y pulpas de 19 frutas distintas, que se destinan para la industria de yogures, avenas, helados, ‘catering’ y otros segmentos alimenticios. FOTO Cortesía: Healthy Food

La empresa Healthy Food produce mermeladas y pulpas de 19 frutas distintas, que se destinan para la industria de yogures, avenas, helados, ‘catering’ y otros segmentos alimenticios. FOTO Cortesía: Healthy Food

La incertidumbre y la inflación marcan el consumo de alimentos

16 de noviembre de 2022 11:19

El consumo de alimentos de los ecuatorianos para el siguiente año estará influenciado por la volatilidad, altos precios y una posible menor producción agrícola.

La guerra de Rusia contra Ucrania, los problemas energéticos en Europa y otros tendrán un efecto sobre el consumidor. Es el análisis de Carlos Buitrago, socio y gerente de oficina de Ecuador de McKinsey & Company, durante un diálogo hecho por la industria alimenticia.

Él habla de una alta inflación en los alimentos a escala mundial, aunque Ecuador no está tan afectado como el resto. Sin embargo, es un momento de alta volatilidad, de disrupciones más frecuentes de los mercados y de poca estabilidad.

Christian Whali, presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), da su punto de vista.

El consumo en estos dos meses últimos difiere del resto del año. En Navidad hay más demanda de crema de leche, mantequilla, pollo, pavo, ciertos cortes de carnes, caramelos, confites, chocolatines. Esto es importante para el sector.

Pero para el siguiente año va a haber problemas de abastecimiento agrícola. Todos los cultivos grandes, como maíz y arroz, van a ser afectados por el costo de producción, y también las frutas y vegetales. “Va a ser difícil y el impacto tendrá el consumidor, pero nunca hablamos de la inflación al productor”. La inflación a los productores es del 40%, que es muy alto.

El gremio tiene más de 80 empresas entre micro, medianas y grandes, que son el 85% del mercado agroalimentario. Se fomenta estos diálogos para promover la competitividad, dice Esteban Dávila, presidente del Directorio de Anfab.

Whali cree que el 2023 no será un año fácil, porque no se sabe cómo acabará el conflicto bélico, los cereales, fertilizantes”. El sector espera que China normalice sus actividades por el covid, ya que “es uno de nuestros consumidores grandes y uno de nuestros proveedores”.

José Miguel González, gerente general de Healthy Food, ve para el próximo año un incremento de los costos de los alimentos, debido a la escasez de los fertilizantes. “Veo que mucha gente está dejando de sembrar, pero tampoco tienen otras alternativas”.

Esta empresa fabrica mermeladas y pulpas de 19 frutas diferentes. Vende para elaborar yogures, avenas y alimentos escolares, de uso diario. También para helados y ‘catering’. Dice que cuando el consumidor pierde poder adquisitivo puede ser que sacrifique calidad por precio. La importación de insumos y la logística cara son otros efectos.

También se siente incertidumbre, porque amenazan con otro paro y “sentimos una necesidad de restringir nuestros gastos”.

Santiago Martínez, gerente General de la empresa Incremar Alimentos, tiene esta proyección. La demanda de productos para los siguientes meses se centrará en suplir las necesidades básicas, buscando el mayor rendimiento y el mejor aporte nutricional al menor precio posible. Por eso, la industria debe enfocarse en entregar alimentos de alto valor nutricional.

Para el próximo año todavía no se avizora una estabilidad a nivel de insumos y materias primas por lo que el panorama es incierto.

Los productos de Incremar -dice- son de alto aporte nutricional, pues producen harinas para hacer coladas de Tapiokita, las sopas y cremas. “Estamos trabajando constantemente para cubrir esta demanda a pesar de todos los problemas que hemos atravesado desde el 2021”.

En las exportaciones hay temores. José Antonio Vargas, presidente de Negocios Internacionales de Semvra, cuenta que exporta vegetales y frutas congeladas y enlatadas.

Este año crecieron doble dígito por la demanda en Estados Unidos y Europa. Para el 2023 se prevé una demanda menos agresiva, por causa de los fletes caros, la inflación en sus dos mercados y el aumento de las materias primas. Sus clientes creen que habrá menor demanda el siguiente año, comenta.


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