Las industrias invierten en la adquisición de nueva maquinaria para la fabricación de sus productos, como fundas recicladas, embalaje, entre otros. Cortesía: Aseplas

Las industrias invierten en la adquisición de nueva maquinaria para la fabricación de sus productos, como fundas recicladas, embalaje, entre otros. Cortesía: Aseplas

La industria del plástico innova e invierte en tecnología y productos

15 de julio de 2022 18:17

En los primeros cinco meses de este año, la industria del plástico invirtió USD 22,36 millones.
La Asociación Ecuatoriana de Plásticos (Aseplas) informa que esos recursos se han destinado para la adquisición de maquinaria. Frente al mismo período del año pasado el incremento es de un 66%.

Jorge Luis Mórtola, presidente de este gremio, agrega también que en los últimos cinco años la industria hizo inversiones por USD 50 millones para mejorar y optimizar la forma de producir, con un enfoque sostenible y de economía circular.

Con ese propósito, Aseplas y la Asociación de la Industria de Protección de Cultivos y Salud Animal firmaron en mayo un convenio para desarrollar el Proyecto de Aprovechamiento de Envases de Agroquímicos. Se orientará hacia la economía circular para combatir la mala gestión de los residuos plásticos.

La industria fabrica desde productos para la salud hasta tuberías, para riego, agua potable, recubrimientos y materiales de construcción amigables, diseño de empaques, contenedores y embalajes más livianos y algunos contienen 100% en material reciclado.

Las empresas Tharsa y Boflex SA, que funcionan en Guayaquil, usan tecnologías y materiales eficientes, y participan en procesos de reciclaje de los productos que venden.

Julio Hasing, gerente general de Tharsa, cuenta que su empresa desarrolla y manufactura productos con principios activos de insecticidas amigables para una docena (75%) de las principales industrias manufactureras de fundas de plástico para racimo de banano. Más de 1 000 productores usan esas fundas.

Hace 50 años, esas preparaciones líquidas de insecticidas (tóxicas) se aplicaban directamente a los frutos, que luego se cubrían con una funda plástica. Parte del insecticida chorreaba y contaminaba suelo y agua.

En 1974 en Estados Unidos se desarrolló la tecnología que permite incorporar los insecticidas en la funda durante su manufactura. El insecticida sale gradualmente a la superficie de la funda, para controlar los insectos. Esta tecnología evita aplicar una o más dosis fuertes de insecticida directamente a la fruta y no contamina el ambiente.

Tharsa tiene un plan de gestión aprobado por el Ministerio del Ambiente, para recoger los desechos. En 2021 se recogieron 2,5 millones de fundas. Los productos de Tharsa frecuentemente se reciclan para elaborar otros insumos para bananeras. Cuando no se puede reciclar se coprocesan a altas temperaturas para aportar material y energía en procesos de manufactura de cemento.

Ricardo Bowen, gerente general de Boflex SA
, indica que han adaptado nuevas tecnologías en la fabricación de su tubería. Antes usaban PVC, pero desde hace 20 años hacen tubería de polietileno para agua potable, minería, riego tecnificado, gas y petróleo.

El polietileno -dice- tiene varias ventajas: una vida útil más larga y en el caso de agua potable tiene la certificación de grado alimenticio. Su instalación es más eficiente, porque no se necesita arena, mucho personal ni usar varios componentes, porque esta tubería viene en presentaciones de 100 metros y no de 6m como la de PVC.

Boflex tiene una línea ambiental y de economía circular. La tubería de agua que ya no se usa, junto a otros residuos plásticos, es reprocesada para fabricar mangueras, específicamente para riego agrícola. Boflex SA produce 4 000 toneladas anuales de productos con polietileno.

Lo que hacen estas empresas y otras para reducir su huella de carbono puede ser insuficiente, porque no hay un marco regulatorio desde el Estado y los gobiernos locales. Esa reflexión realiza Andrés Rigail, investigador de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol).

Para lograr que los cambios de las empresas tengan incidencia es necesario aplicar un sistema de regulación que dinamice al sector. Por ejemplo, educación para un cambio de hábitos de los ecuatorianos; que las familias aprendan a clasificar los materiales que se pueden reciclar de los que no o que se mejore el proceso de recolección de basura en los municipios.

Rigail ve que esta industria ecuatoriana innova e invierte. Es proactiva y compite localmente y con el mercado regional y mundial, que tiene una tendencia hacia una producción sostenible.