El Instituto Nacional de Estadística y Censos trabaja en nuevos indicadores para entender mejor el empleo en el país. Analistas consideran que debe mostrarse de manera detallada el número de trabajadores que son freelance, colaboran en empresas de reparti

El Instituto Nacional de Estadística y Censos trabaja en nuevos indicadores para entender mejor el empleo en el país. Analistas consideran que debe mostrarse de manera detallada el número de trabajadores que son freelance, colaboran en empresas de repartición, etc. Ilustración: Ingimage

En Ecuador ya se discute sobre las nuevas formas de trabajo

23 de enero de 2019 16:41

Personas que dan servicios a través de aplicaciones móviles, teletrabajadores que desarrollan tareas para empresas en el exterior, profesionales que realizan actividades de manera autónoma, etc. son parte de las nuevas formas de trabajo que ya se encuentran en el país. Sin embargo, aún no están segmentados en la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

En Ecuador, dice la entidad, la encuesta sí recoge a estas personas porque cumplen con las características que se analiza. El estudio mide el trabajo en la ocupación, es decir, todas las actividades hechas por gente de cualquier sexo y edad con el fin de producir bienes o prestar servicios a cambio de una remuneración o beneficios.

Pero, el INEC explica que las nuevas modalidades de trabajo no están segmentadas y que “la encuesta captura a la población que realiza esas actividades de forma agregada, pero no es posible realizar la caracterización específica para la segmentación solicitada”.

Roberto Castillo, director encargado del INEC, señala que la entidad pública se encuentra trabajando en su plan de fortalecimiento de las estadísticas de trabajo 2018-2021.

Como parte de este trabajo, prevé incluir un nuevo clasificador internacional para medir el empleo informal. “También hemos tenido un pedido de cuantificar la economía popular y solidaria”.

Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral (Cespla), considera que tras este proceso se debería mostrar en la Enemdu, de manera segmentada, el número de trabajadores dentro de las formas de empleo que han aparecido por causas como el avance de la tecnología, el envejecimiento de la población, el crecimiento de las ciudades, crisis económicas, etc.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el empleo estándar (a tiempo completo, subordinado a un empleador y en un lugar definido) está reduciéndose. Entre 2015 y 2017, período en el que también influyó el reducido crecimiento de la economía de la región, el empleo asalariado creció 0,3%, mientras que el por cuenta propia aumentó un 2,8%, según el documento Coyuntura Laboral regional 2018, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

A escala global, cada vez se consolidan las formas no estándar de empleo, caracterizadas por ser temporales o a tiempo parcial, no desarrollarse en un lugar fijo, poco o ningún acceso a la protección social, etc. José Salazar, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, explica que entre estas nuevas formas laborales se encuentra la economía de los pequeños encargos (repartidores), trabajo a pedido (solo cuando se necesita un servicio), la economía colaborativa (se trabaja con una empresa pero no se es empleado. En esta modalidad se gana un porcentaje por la actividad realizada) y los ‘freelance’ o trabajadores independientes.

EE.UU. ya maneja estadísticas al respecto. Los trabajadores con empleos alternativos representan el 16% de la fuerza laboral. Y se prevé que para el 2020, entre 30 y el 40% serán contratistas independientes, según la OIT.

En Ecuador, según el INEC, los trabajadores independientes son el 23,8%de los empleados plenos y el 53,3% de los subempleados.

La OIT incluye dentro de las nuevas formas laborales a cuentapropistas, micro y pequeños emprendedores. Calcula que el 56% de los trabajadores de la región se incluye en estas categorías.

Recalde considera que de segmentarse la encuesta con cifras sobre nuevos trabajos deberían establecerse dos categorías: trabajo autónomo y semiautónomo.

Los primeros organizan su actividad, no están sujetos a órdenes ni directrices de terceros y no reciben el salario de nadie. Los segundos hacen una actividad personal, directa y de colaboración habitual para terceros sin cumplir jornada laboral y cuyas acciones dependen lo mínimo de la infraestructura de la empresa.

Medición de informalidad, en proceso

El no contar con un indicador específico sobre las nuevas categorías de trabajo en el país repercute en las políticas gubernamentales y limita las acciones para la generación de empleo en las empresas.

Esta transformación laboral plantea a los gobiernos el desafío de cómo regular y responder ante estas realidades, explica José Salazar, director regional de OIT para América Latina y el Caribe.

Los datos son necesarios para la toma de decisiones y el impulso de políticas públicas enfocadas en el mercado laboral, dice Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral.

La ausencia de indicadores genera que el gasto público no se enfoque en programas que puedan disminuir el acceso a un empleo digno. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) recomienda que los gobiernos deben impulsar políticas como protección al ingreso en situación de desempleo, incentivos para emprendimiento, empleo protegido y apoyado, entre otras.

En segundo lugar, la invisibilización de los indicadores retrasa la toma de decisiones gubernamentales, para regularizar estas modalidades y para cambiar las reglas de contratación en el sector productivo.

Patricio Alarcón, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), considera que se debe trabajar en reformas laborales, para permitir la contratación por horas, eventual o a plazo fijo.

En esto también coincide Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting. Él considera que la flexibilización ayudará al surgimiento de nuevas iniciativas laborales y para que las actuales empresas puedan contratar personas para temas puntuales. “Únicamente durante el tiempo que dure el proyecto, sin incurrir en elevados gastos de indemnización”, dice Estrada.

Esto no implica precarizar el trabajo, recalca Alarcón, ya que se deben mantener derechos como las prestaciones de ley.

Los trabajadores que se han acogido a nuevas modalidades de empleo sufren las consecuencias de la informalidad.

En las calles de ciudades como Quito o Guayaquil es común encontrarse con personas brindando servicios de movilidad o de entregas a domicilio, a través de aplicaciones móviles.

Son trabajadores que no tienen contrato, ni ingresos fijos, ni seguridad social, pero están presentes en el mercado laboral.

En el 2018, 46 de cada 100 empleados se encontraban en la informalidad, más que en el 2017, cuando eran 44 de cada 100, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Actualmente, la entidad cuenta con un indicador que identifica a las personas en el sector informal; es decir, si trabajan en unidades económicas que no están registrados ante el Servicio de Rentas Internas (SRI).

Sin embargo, el indicador para medir la informalidad desde el punto de vista del trabajador todavía está en proceso de implementación.

“Estamos trabajando con el acompañamiento de la OIT, para la implementación del clasificador internacional del empleo informal”, comenta el INEC

Por el momento, estudios particulares dan cuenta de la informalidad desde el factor humano.

Casi la mitad de ecuatorianos admite haber cobrado o recibir ahora ingresos sin prestaciones de ley, según el informe ‘Actualidad del Mercado en América Latina 2018’, de Adecco Argentina.

La segmentación detallada de información estadística contribuirá también a evidenciar la problemática laboral, sobre todo para los jóvenes y adultos mayores de 50 años, considera Estrada.

“Estos dos grupos son los más afectados por la escasez de empleo y a través de las nuevas modalidades de trabajo encontrarían un espacio”.

El INEC construirá nuevos indicadores hasta el 2021

En la actualidad, existen nuevas formas de trabajo que se encuentran plenamente vigentes entre las que está el ‘freelance’ o independiente, conductor o repartidor que colabora para aplicaciones móviles, teletrabajadores que ofrecen servicios en otros países , etc.

Hoy el INEC cuantifica las personas dentro de estos tipos de trabajo en los grandes indicadores vigentes entre los que está el empleo adecuado.

El INEC trabaja en nuevas mediciones que son parte de su hoja de ruta hasta 2021. En el futuro habrá una categorización más segmentada y la entidad está trabajando en el desarrollo de un nuevo cuestionario, el cual parte de un marco conceptual y metodológico (CIET 19), que busca que las definiciones estadísticas sean de fácil comprensión y entendimiento, tanto para la ciudadanía como para los encuestadores, señala el organismo.

La estrategia del INEC tiene el acompañamiento técnico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el aprovechamiento de las experiencias de otros países de la región, la comunicación permanente con los usuarios y el fortalecimiento de las capacidades internas.

A continuación un detalle sobre lo que realiza la entidad ecuatoriana con relación a la encuesta laboral.

Medición

La Encuesta utiliza clasificadores internacionales para agrupar las diferentes formas de trabajo en la ocupación. Entre ellos el empleo según condición de actividad, en el sector formal, por situación en la ocupación, etc. Cada uno de los clasificadores toma en cuenta un determinado aspecto relevante de la actividad económica del trabajador.

Proceso

El INEC puso en conocimiento de la ciudadanía, en septiembre de 2018, un plan para el fortalecimiento de las estadísticas del trabajo 2018-2021, el cual plantea una hoja de ruta para la construcción de nuevos indicadores que “complementarán el entendimiento de un sistema laboral cada vez más complejo y dinámico” .

Tipos

La entidad trabaja en desarrollar nuevos instrumentos de recolección para medir, a más del trabajo en la ocupación,otras formas laborales como el trabajo de producción para el autoconsumo, en formación no remunerado y voluntario.

Informalidad

También trabaja en la implementación de un nuevo clasificador internacional para medir el empleo informal. El proceso cuenta con el acompañamiento técnico de la OIT.