Elisa y Robinson Ramos son parte de este emprendimiento que gana mercado en el norte del país. Foto: José Luis Rosales/LÍDERES

Elisa y Robinson Ramos son parte de este emprendimiento que gana mercado en el norte del país. Foto: José Luis Rosales/LÍDERES

José Luis Rosales
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Una iniciativa de migrantes retornados

1 de octubre de 2018 11:57

Sumak mikuna o comer bien rico es el lema de la Asociación Artesanal Tos Tha Chul, de Otavalo, Imbabura. El singular nombre es un juego abreviado de las palabras tostado (maíz), habas y chulpi.

Con estos granos procesados nació hace tres años este emprendimiento de la familia Ramos Maldonado. Los padres y tres hijos decidieron retornar al país tras residir varios años en España.

En esa nación unos integrantes de esta familia kichwa Otavalo se dedicaban al comercio, mientras otros laboraban en empresas.

A su retorno se instalaron primero en Quito. No pudieron encontrar empleo y con los ahorros que trajeron abrieron tres micromercados inspirados en las fruterías europeas. Pero cerraron porque no tuvieron los resultados esperados, recuerda Elisa Ramos, encargada de la administración.

Sin embargo, antes de la crisis, María Esther Maldonado, la madre de familia, empezó a tostar maíz para la venta. El producto tuvo buena acogida. Así surgió la idea de iniciar el proyecto preparando maíz, habas y chulpi tostado. El producto se ofrece empacados en fundas plásticas cerradas herméticamente.

Empezaron de cero. A excepción de la madre, el resto no tenía experiencia en la preparación de estos alimentos. Crearon sus recetas, experimentaron con diferentes granos, determinaron el grado de temperatura y el tiempo de cocción, entre otros.

En esos ensayos, por ejemplo, comprobaron que la mazorca ideal para el maíz tostado es el tipo Mishca.

En la capital de la República se abrieron mercado. Ahora ofrecen una decena de productos. A más de maíz, habas y chulpi tostado hay maní, maíz y habas de dulce. Además chifles, maní de sal y un mix de alverjas, chulpi, habas y maíz tostado.

Esa dinámica les permitió crecer rápidamente. Empezaron en un local pequeño en Quito, pero el espacio quedó pequeño, recuerda Robinson Ramos, responsable de la planta de producción.

Ahora en la ciudadela Mira Valle, en Otavalo, están instalando la nueva factoría, que abarca un área de 9 metros de fondo por 34 de frente. Calculan que en infraestructura y máquinas la inversión bordea los USD 60 000. El dinero provino de créditos financieros.

Hoy procesan tres quintales de maíz, tres de habas, dos de maní y uno de chulpí, cada semana. En la planta laboran ocho personas, entre ellos cuatro nuevos colaboradores externos.

Hay diferentes presentaciones. Las de mayor demanda son las de 250 gramos cuyo precio es de USD 1,50 y la de 120 gr. que cuesta 1.

La comercialización está a cargo de los propios emprendedores. Cada uno ha diseñado una ruta para visitar tiendas, que están entre sus principales compradores. Ahora se proyectan en micromercados y en cafeterías de las estaciones de combustible.

Su próxima meta es conquistar a cadenas de supermercados a escala nacional. Para ello, participaron en el Encuentro Empresarial Pro Innova, que congregó a 70 productores de Imbabura y 25 representantes de hoteles, restaurantes y cadenas nacionales.

Elisa Ramos comenta que cuentan con el apoyo del Ministerio de Industrias y Productividad y de la Prefectura de Imbabura.

Con ésta última, a través del Programa de Emprendimientos gestionan el cofinanciamiento para la adquisición de otras máquinas que les permitan diversificar y aumentar la producción. Está en proceso de calificación.

Esta iniciativa no solo permite dinamizar la economía familiar y generar fuentes de empleo, sino atar el círculo de la cadena productiva con los agricultores de la zona, especialmente de granos andinos, explica Sherman Ortega, director de Desarrollo Económico de la Prefectura.

La meta más ambiciosa es exportar el producto al extranjero. Los integrantes de la familia Ramos conocen que el maíz tostado tiene un alto potencial para ofrecer en mercados internacionales, especialmente en los que residen los ecuatorianos.

Otros datos

Las fórmulas  de los diferentes productos han sido desarrollado por los propios emprendedores.

En el caso  del maní confitado, por ejemplo, tiene como ingredientes azúcar y esencia de vainillla.

Los envases contienen las disposiciones del sistema de etiquetado de alimentos procesados.
Los pedidos   se pueden realizar vía WhatsApp al 099 0600534 ó 099 3854 194.
La meta  es poder exportar el producto a países de Europa. Por ahora trabajan en la formulación del proyecto.