Redacción Quito
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Inició como un taller y hoy trabaja con petroleras, constructoras, fábricas...

“Al menos, más, que más o menos”. Este juego de palabras es el lema de Wilson Cueva; lo utiliza para no dar cabida a la mediocridad en los proyectos que emprende y así buscar un valor agregado.

Cueva es el gerente de Beecons, una empresa ubicada al sur del parque industrial de Turubamba (sur de Quito), que fabrica productos metalmecánicos, como estructuras, sistemas de transporte de bultos y materiales, rejillas antideslizantes, postes metálicos y más.

Actualmente, su cartera de clientes cuenta con 50 empresas. La mayoría pertenece al sector petrolero e industrial. Firmas de la talla de Repsol YPF, Pdvsa, Petroamazonas, Petrobras, Adelca, entre otras, solicitan sus productos.

El origen de Beecons se remonta a la infancia de Cueva. Madera, fierros, viejos piñones y herramientas eran sus juguetes cuando era niño. Con ingenio y estas piezas armaba coches de madera. Incluso, él recuerda y sonríe, que tuvo la intención de adaptar el motor de la motosierra de su padre a su bicicleta Chopper.

Estas aptitudes le llevaron a estudiar Ingeniería Mecánica en la Escuela Politécnica Nacional. En 1988, cuando egresó de la carrera, montó un pequeño taller metalmecánico, con un torno y herramientas manuales. El lugar estaba ubicado en el patio de la casa de sus padres, en Tambillo (al sur de Quito).

En esa época fabricaba manualmente narigueras para toros, para ser entregados a granjas ganaderas y decidió llamar a su empresa como Telectrom. Durante unos ocho años se dedicó a producir estructuras metálicas y maquinaria para Pymes, como mezcladoras de concreto.

Uno de sus primeros contratos grandes fue con Aymesa, en 1993, para la elaboración de rejillas para la cabina de pintura y ‘racks’ (soportes metálicos). El contrato fue por USD 3 000. En esa época ya contaba con siete trabajadores.

En 1996 la empresa trasladó su planta a Amaguaña (suroriente de Quito). En esa época mantuvo un contrato con el ORI (Operación Rescate Infantil) para fabricar 250 cocinas industriales, por USD 6 000 aproximadamente.

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1996 fue un año clave para la firma. La compañía estadounidense de servicios petroleros, Harbert International Establishment, realizó un pedido de estructuras metálicas y rejillas de seguridad. Este contrato le permitió a la empresa ser conocida en el mundo petrolero. Actualmente, el 90% de las empresas con las que trabajan pertenece a este segmento.

Con mayores contratos requería mayor infraestructura. Por ello, mediante un crédito con el Banco Nacional de Fomento (BNF) la empresa importó maquinaria de China y compró un terreno para el funcionamiento de su planta (1998). La inversión ascendió a USD 30 000.

Ahora, la fábrica produce al día 60 m² de rejillas de seguridad y 300 rodillos para la transportación de productos.

La especialización en elaboración de mallas metálicas le motivó a cambiar de imagen y marca para posicionarse en el mercado. Las abejas constructoras inspiraron el nombre Beecons, en 1999.

Verónica Albán, compradora de Petroamazonas, señala que comenzaron a trabajar con Beecons desde hace seis meses. Albán destaca la calidad de los ítems y la puntualidad en la entrega. Por esta razón la estatal pidió la fabricación de una transportadora de cables. Beecons se encuentra en el proceso de diseño.

Hasta el momento, los contratos con la estatal petrolera suman USD 124 000.

Mientras que Verónica Albán, asistente de compras de Adelca, señala que trabajan desde hace dos años con Beecons. Las estructuras metálicas y pasarelas van al área de ingeniería y horno eléctrico.

La constructora quiteña Concucip trabaja desde hace cuatro años con Beecons. Geovanny Loja, jefe de Proyectos, resalta la puntualidad de entrega de los pedidos. Loja sostiene que al mes, le compran en materiales un promedio de USD 10 000. También resalta los precios competitivos y la calidad de los insumos.

Los proyectos

  • Facturación. Al cierre de este año la compañía espera facturar USD 1 950 000.
  • Nueva planta. En el km 3 de la vía Tambillo - Sangolquí se construye una nueva planta de 20 000 m².
  • La inversión. El monto asciende a USD 420 000; la nueva fábrica estará lista en tres años.

LA TRABAJADORA INSIGNIA

‘La empresa, mi escuela y familia’

Silvia Espín / administración y RR.HH.

Llevo 11 años en la compañía. Estoy a cargo de toda la parte administrativa de Beecons, desde Recursos Humanos hasta Contabilidad. Durante todo este tiempo he aprendido a trabajar en equipo y a ser eficiente en mis funciones.

Beecons ha sido mi escuela y se ha convertido en mi familia. El ambiente laboral es uno de los aspectos que más recalco; existe cordialidad, buen trato, pero sobre todo compañerismo.

Mi aporte a la empresa ha sido mantener en orden las cuentas, los ingresos y egresos. He sido testigo privilegiada del crecimiento de la compañía y como de a poco nos fortalecemos y ofrecemos un producto con un valor agregado.

Al final, la satisfacción y la tranquilidad es cumplir con los requerimientos de los clientes para que la marca se fortalezca.