Impresiones en  3D son parte del trabajo en el  Fab Lab de Yachay. Foto: José Mafla/ LÍDERES.

Impresiones en 3D son parte del trabajo en el Fab Lab de Yachay. Foto: José Mafla/ LÍDERES.

Pedro Maldonado
redaccion@revistalideres.ec (I)
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Innovación y creatividad se combinan en un laboratorio

29 de noviembre de 2015 16:23

Impresoras 3D, cortadoras láser, máquinas conocidas como shopbot o ruteadoras, entre otras, son parte de las herramientas con las que cuenta el Laboratorio de Fabricación y Prototipado de Yachay, Ciudad del Conocimiento. Este sitio de aprendizaje, creatividad e innovación es, desde la semana pasada, un integrante más de los Fab Lab, una red de espacios de producción de objetos creados con tecnología de punta.

El concepto de Fab Lab surgió a principios de este siglo en el Center of Bits and Atoms, del Massachussets Institute of Technology (MIT), un centro de educación pionero en temas de innovación que tiene su base en EE.UU.

Estos espacios se caracterizan por el trabajo colaborativo, el acceso a información y nuevas tecnologías, la eliminación de barreras como patentes, así como por la participación conjunta de ciudadanía, academia y empresa.

En Yachay definen a los Fab Lab como una red abierta, donde sus miembros pasan por un proceso de entrenamiento para obtener acceso a creaciones e innovaciones de distintas partes del planeta. En la actualidad, esta red se encuentra integrada por alrededor de 400 laboratorios a escala global, explica Isabel Cruz, gerenta de Desarrollo Industrial y Productivo de Yachay EP.

Para Cruz, ser parte de este tejido de innovación representa una oportunidad de aprender de los proyectos de otros Fab Lab, conocer sus estrategias y con tecnología corregir sus errores y mejorar los productos. “La Ciudad del Conocimiento puede, desde ahora, intercambiar desarrollos con cualquiera de los laboratorios y ellos también podrán acceder a las innovaciones que surjan en nuestro Fab Lab”.

Las actividades de este espacio, ubicado en Urcuquí, Ibarra, sede de la Ciudad del Conocimiento, empezaron en enero pasado con servicios de prototipado, es decir, elaborando modelos que pueden convertirse en objetos. Ahora, como miembro de la red creada por el MIT, el laboratorio de Yachay está conectado con centros en México, Argentina, Chile, EE.UU., España, Alemania, Noruega, Japón, India y otros países.

Cruz añade que otro beneficio, de manera específica para la comunidad de Urcuquí, es la creación de un vínculo con los niños de la zona, que podrán acceder a las instalaciones y mostrar su creatividad. “Es una alegría poder integrar a los pequeños a la Ciudad del Conocimiento”.

Simone Amber, representante del MIT Fab Foundation, es una de las creadoras del modelo de Fab Lab. Ella estuvo presente en la ceremonia de incorporación de Yachay a la red de laboratorios.

Para Amber, los Fab Lab se caracterizan por servir a distintos usuarios de una misma comunidad, desde niños hasta empresarios. Esta ejecutiva asegura que la tecnología se acelera cada vez con mayor velocidad, por lo que es muy complicado imaginar lo que se viene en el futuro. Una de las maneras que pueden ayudar a pronosticar los desarrollos tecnológicos está en el trabajo que se ejecuta en los laboratorios.

En la consolidación de este proyecto, del que se empezó a hablar hace cerca de cuatro años, Yachay contó con la ayuda de la empresa privada. La compañía Schlumberger, del sector petrolero, colaboró con los recursos necesarios para equipar el Fab Lab de Yachay.

“Fue una inversión importante, hecha pensando en apoyar a la investigación y a la innovación”, explica Nelson Baldeón, gerente de Asuntos Corporativos de Schlumberger en Ecuador.

El CEO de la firma en el país, Carlos Sarmiento, asegura que la iniciativa es prometedora. “Apoyamos la idea del Fab Lab, porque creemos que lo que estamos haciendo es sembrando la semilla de una historia muy importante para el país”.

Este ejecutivo ecuatoriano sostiene que las tecnologías se desarrollan de manera exponencial; es decir, que cada año se duplican. “El cambio que se obtiene puede ser pequeño en principio, pero con el tiempo se verá un gran crecimiento y los resultados serán sorprendentes. Esa es la ventaja de un Fab Lab”.

Para Sarmiento, la gran ventaja de estos espacios es que son ‘open source’, es decir, son completamente abiertos. Lo que allí se desarrolla se puede compartir en cualquier otro Fab Lab, “sin necesidad de estar bloqueados por el tema de las patentes”.

En la presentación del laboratorio, el CEO de la empresa petrolera comentó que se está creando un ambiente colaborativo que permitirá dar pasos agigantados. “Hay muchas oportunidades y vamos a seguir soñando”.