En el centro de mecanización de calzado Vecachi se fabrican los moldes metálicos de las suelas que se emplean en el armaje de los zapatos; los diseños se venden en todo el país. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES

En el centro de mecanización de calzado Vecachi se fabrican los moldes metálicos de las suelas que se emplean en el armaje de los zapatos; los diseños se venden en todo el país. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES

Con inversión da pasos firmes en el sector del calzado

10 de octubre de 2016 16:23

Cuando se trata de dar comodidad al pie de los ejecutivos, amas de casa, estudiantes, oficinistas… la marca de zapatos Vecachi cumple con esas condiciones. Esta industria se fundó en 1985 con el nombre de Calixto Jr., y desde el 2015 se denomina Rubbershoes Industrial Cía. Ltda.

La calidad del calzado hizo que la producción de esta empresa ambateña se incrementara con el tiempo. Es así que en el 2015, el negocio produjo 58 600 pares de zapatos. Además facturó USD 1, 2 millones. Sus principales mercados son Quito, Ambato, Latacunga, Riobamba, Guayaquil, Cuenca y otras ciudades del país.

En 1984, su gerente Calixto Peñaloza trabajaba en la distribución y comercialización de calzado en todo el Ecuador. Adquiría a las diferentes pequeñas empresas, pero los requerimientos del mercado eran otros y no abastecía los pedidos, por eso los gerentes de los almacenes exigían cambios. Entonces pensó ¿por qué no fabricar calzado con estas características y de alta calidad?

Un año más tarde, conociendo el mercado presentó el proyecto a su familia que le dio el visto bueno. Con un crédito de 30 000 sucres en una institución financiera adquirió dos máquinas, hormas y la materia prima. Arrancó con dos colaboradores fabricando 15 pares semanales. Luego comenzaron a desarrollar sus propios diseños y modelos con las recomendaciones efectuadas por sus clientes y con buenos resultados.

Las ventas se incrementaron a 400 pares al mes. Eso ayudó a expandirse a otros almacenes distribuidores. “En mis inicios no sabía fabricar calzado, no tenía ni idea; pero contraté a una persona especialista, luego me capacité, investigue y aprendí”, cuenta Calixto.

Su aspiración fue ser líder en un mercado exigente. Es así que en 1990, la organización emprendió la tecnificación de sus procesos de fabricación. Calixto arrancó con un proceso de mejoramiento continuo y la capacitación de sus 25 colaboradores. Eso ayudó a ser más competitivos.

Pero la crisis bancaria y la dolarización por poco hacen que quebrara; con recortes de gastos logró salir de esa crisis y emprendió el proceso de implementación de la certificación a la calidad ISO 9001, que la recibió en el 2003.

El buen momento se inició en el 2010 cuando el Gobierno aplicó las salvaguardas al calzado importado. Eso catapultó a este sector productivo del país.

Entonces la empresa realizó una nueva inversión con la adquisición de tecnología de punta. Por eso decidió trasladarse a la nueva planta ubicada en el Parque Industrial Ambato, logrando un crecimiento del 25% en sus ventas.

Pero luego llegó un nuevo desafío. Las ventas descendieron y la producción cayó: de 210 pares diarios la cifra cayó casi a la mitad.

Calixto mantuvo la calma y en el 2014 volvió a invertir cerca de USD 250 000 para adquirir un centro mecanizado para elaborar las suelas. También se automatizó el corte y se adquirió un software para el área de diseño.

Desde hace 15 años, Fernando Quezada, gerente de Calzado Elizabeth, de Quito, trabaja con Vecachi. En sus cuatro locales ubicados en los barrios Comité del Pueblo, Carapungo, Calderón y El Inca oferta los modelos y nuevos diseños en la línea escolar, casual, de calle, de dama... “Es un producto de calidad que tiene demanda. Trimestralmente se venden entre 1 500 y 2 000 pares. La gente ya conoce la marca y consume”.