El desafío es hacer que las publicaciones sean lo suficientemente atractivas y entretenidas como para que los pasajeros las abran. Foto: Thomas Coex/ AFP.

El desafío es hacer que las publicaciones sean lo suficientemente atractivas y entretenidas como para que los pasajeros las abran. Foto: Thomas Coex/ AFP.

El iPad entra en rivalidad con las revistas

16 de febrero de 2015 14:34

Las líneas aéreas, de American Airlines Group Inc. a Air France-KLM Group, compiten por los fugaces períodos de atención de cientos de millones de pasajeros, por lo que ahora recurren a escritores como el novelista Dana Vachon y el crítico musical neoyorquino Sasha Frere-Jones, para que escriban artículos. Así publican coloridas fotos a doble página y lanzan ediciones digitales.

Cualquiera sea el formato, las revistas son un recurso para comunicarse con los pasajeros y construir la marca de la aerolínea… y los ingresos por publicidad tampoco vienen mal.

“Las revistas de a bordo son dinosaurios impresos vivientes”, comentó René Steinhaus, especialista en aviación de la consultora A.T. Kearney de Berlín. “Mientras que muchos medios impresos desaparecieron en los últimos años, las revistas de a bordo siguen ‘vivas’. Son una rareza”.

El desafío es hacer que las publicaciones sean lo suficientemente atractivas y entretenidas como para que los pasajeros las abran. Eso significa atraer a personas como Paige Wilson.
En los dos vuelos semanales de Nueva York a Boston que realizó por trabajo en los últimos cuatro meses, Wilson, de 23 años, dijo que a veces echó una ojeada a las páginas de las revistas de a bordo, mientras comía una rosquilla y antes de utilizar su dispositivo electrónico para adelantar trabajo para su consultora.

“Durante el vuelo, en general uso la tablet o la laptop”, declaró Wilson en una entrevista. “Esa es mi principal distracción”.

En teoría, los pasajeros de las aerolíneas atrapados en los aviones durante horas constituyen un público redituable para los anunciantes, explicó Steinhaus.

“Si una línea aérea grande tiene 100 millones de clientes por año y si solo el 10% de ellos lee la revista, son 10 millones de clientes para un anunciante. Es un alcance enorme”, comentó Steinhaus en una entrevista telefónica.

Emirates impulsó su revista, Open Skies, en enero y planea aumentar la tirada un 5% para estar a tono con la expansión de la flota. Los cambios incluyen dar más importancia a la fotografía, ofrecer una mezcla de cuentos y artículos largos y permitir que los lectores descarguen un ejemplar digital además de la versión impresa.

“El pasajero puede leer en la revista un artículo sobre un hotel y después conectarse a Internet para hacer una reserva”, explicó Patrick Brannelly, vicepresidente de comunicaciones con los pasajeros de la línea aérea de Dubái. “Se complementan”.

Brannelly comentó que la revista de a bordo de Emirates tiene “buenas ventas” y “cubre holgadamente” sus costos. Las ganancias que genera no son “desdeñables”, añadió. “Creemos que tiene por delante muchos años y que seguirá evolucionando”.

“Las revistas seguirán aquí durante bastante tiempo y las plataformas electrónicas de a bordo se sumarán a ellas”, opinó Steinhaus de A.T. Kearney. “Podríamos llegar a un punto en que la revista impresa se convierta en algo especial, algo como una carta persona en papel”.
Mientras se produce este comportamiento en los pasajeros de las aerolíneas, las diferentes normativas de navegación aérea se adaptan y ajustan a la posibilidad de utilizar estos dispositivos.

Por ejemplo, la Comisión Europea y la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés), actualizaron a lo largo del último trimestre del año pasado las orientaciones para el uso de equipos tecnológicos durante todas las fases del vuelo.

Además, establecieron los criterios y requisitos operacionales necesarios para que las compañías aéreas permitan el uso de dichos dispositivos a bordo.

Las compañías aéreas también están en esta etapa de innovación y ofrecen el servicio como un plus para sus pasajeros.

Contexto
El caso de SkyMall. El catálogo de artículos que se encuentra en la mayoría de aviones se declaró en bancarrota, de acuerdo con una publicación del diario Los Angeles Times.

Las razones. La empresa SkyMall argumenta que la posibilidad de usar dispositivos electrónicos durante el despegue ha provocado que nadie la hojee, y por ende las ventas de artículos hayan tocado fondo.