Este bote contra tsunamis se convirtió en la sensación en la feria tecnológica de Yokohama. Fotos: Betty Jumbo / LÍDERES

Este bote contra tsunamis se convirtió en la sensación en la feria tecnológica de Yokohama. Fotos: Betty Jumbo / LÍDERES

Betty Jumbo
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Los japoneses innovan para la prevención 

22 de febrero de 2017 13:02

Los japoneses no dejan de sorprender. Ahora lo hicieron en una feria de negocios sobre terremotos. Un refugio contra tsunamis; sopas, arroz y galletas para sobrevivir un terremoto; una cama reforzada para no morir aplastados por escombros; y decenas de inventos se exhibieron en Yokohama, a una hora y media de Tokio.

En la segunda ciudad más grande de Japón se realizó la primera semana de este mes la edición 21 de la Feria Tecnológica del Terremoto, para mostrar productos que sirven para prevenir y resistir a tsunamis, inundaciones, terremotos y otros desastres naturales.
Allí estuvieron 221 empresas, incluidos los institutos de investigación estatales, centros tecnológicos de gestión de desastres, universidades y municipios.

Si se creía que ya todo se había inventado, los japoneses demuestran que todavía hay mucho por crear. La empresa Mizuno Marine construyó el ‘Life Boat Shelter’, que es una embarcación o refugio, para resistir a los tsunamis.

Tiene capacidad para acoger a 25 personas; es decir, ellas pueden salvar sus vidas si se refugian en esta nave en caso de que haya un tsunami, como el que ocurrió el 11 de marzo del 2011. Tras el gran terremoto del este de Japón -de 9.0 grados-, como le llaman a ese desastre, ocurrió un tsunami que dejó 20 000 víctimas mortales y
7 500 personas desaparecidas.

Ese suceso incentivó a Mizuno Marine a construir este bote, que en su interior está adecuado con una especie de banca para sentarse y en cada puesto hay cinturones para asegurar a los refugiados. Cuenta con luz, cargador solar, un baño, entre otros implementos.

Está construido de tal manera que en el caso de que el bote se virara puede volver a su posición horizontal durante el desastre.

La empresa Wood Luck diseñó una cama de madera reforzada y un cuarto sismorresistente. Ambos muebles -si se los quiere llamar así- pueden ser colocados en cualquier parte de la vivienda, que sea de fácil acceso para sus ocupantes en el momento que se presente un terremoto.

Una familia de tres o cuatro miembros puede ocupar esa cama, que resiste a la caída de escombros y se evita morir aplastados, por las paredes o techos. El cuarto o refugio tiene mayor capacidad que un albergue.

Y si se quiere evitar que los electrodomésticos, aparatos tecnológicos u objetos valiosos de la vivienda, empresa o fábrica caigan al suelo y se destruyan, la empresa Ortec de la Prefectura de Kumamoto, en el sur de Japón, encontró una solución bastante simple.
Se inventó una especie de pegatina (como goma), con la cual se adhiere los artefactos a la superficie, que impide que se desplomen y se dañen durante un sismo. Pueden asegurarse copiadoras, máquinas grandes, computadoras, televisores, botellas y un sinnúmero de objetos.

Es tan resistente que no se despegan. Ortec vendió su producto a la empresa Sony, la cual asegura sus máquinas de producción. Durante el terremoto del 2011, la multinacional no tuvo daños en sus equipos, según el representante de Ortec. Aunque depende del tamaño, una pegatina puede costar USD 20.

Y para estar bien preparados, los japoneses echan mano de las simulaciones y la realidad virtual. El Instituto Tecnológico de la Universidad de Tokio creó un programa para que la gente ‘sienta’ virtualmente cómo llega una inundación, por lluvias o los mismos tsunamis. Con ese ejercicio se conoce cómo es el comportamiento de la gente cuando se enfrenta a un desastre. Es una tecnología que se usa para que la gente se prepare y esté lista para algo real, como tsunamis o incendios, explicó uno de los investigadores de la universidad.

Igualmente, se presentaron drones para búsqueda y rescate de personas durante tragedias.

La alimentación de sobrevivencia a los desastres es un nicho de negocio muy bien aprovechado. Cinco empresas invitadas ofrecieron su producción de arroz con curry y sopa con un tiempo de caducidad para tres años; estofado libre de 27 alergénicos y sardinas con soya que caducan en cinco años. Otras ofertas fueron postres, como el ‘cheese cake’ y galletas. El sabor de la sopa y el arroz es bastante agradable.