Juan Manuel Domínguez, Director de Investigación de la Espae, habla sobre la relación entre la apreciación del dólar, el precio del petróleo y los mercados agrícolas

Juan Manuel Domínguez, Director de Investigación de la Espae, habla sobre la relación entre la apreciación del dólar, el precio del petróleo y los mercados agrícolas. Foto: Cortesía Espae

Juan Manuel Domínguez: 'Falta invertir en tecnología agrícola'

31 de marzo de 2020 09:23

Juan Manuel Domínguez es economista graduado en la Espol. Tiene una maestría en economía en la Universitat Pompeu Fabra. Estudios doctorales en el área de economía aplicada y agrícola en la Universidad de Minnesota, Twin Cities, con su tesis sobre la economía de biocombustibles.

Hoy en día se desempeña como Director de Investigación de la Espae. En el  sector público fue director del INIAP. Fue viceministro de Agricultura. Sus publicaciones académicas están relacionadas en las áreas de agricultura, organización industrial y bioenergía en reconocidas revistas nacionales e internacionales. Además, ha sido consultor para empresas nacionales y organismos internacionales.

Con su experiencia en el sector público y en la academia, ¿cómo califica al sector agrícola del Ecuador en este momento?

En este análisis hay que apuntar que existe un vínculo directo entre la macroeconomía y la agricultura. ¿Cómo se nota esto? Por ejemplo, al observar la cotización del dólar o las tasas de interés vemos que están asociados con el desempeño y la estructura de los mercados agrícolas. Hoy podemos ver cómo el valor del dólar se está apreciando, lo que implica que los productos de Ecuador -país dolarizado- van a ser mucho más caros. Allí también está el tema de la competitividad en función de la cotización del dólar. Lo que ocurre en este momento, que coincide con el covid-19, es que nuestros productos están perdiendo competitividad.

Lo de la apreciación del dólar es el dilema que ha sufrido el Ecuador desde el 2000...
Por supuesto, dado que no tenemos política monetaria ni cambiaria, siempre habrá


restricciones para Ecuador. Si los países vecinos ajustan sus monedas encontrarán nuevas formas para salir de una crisis. Ecuador, con el dólar, no. Igual no estamos pensando en salir de este sistema. Se ha demostrado que con la apreciación del dólar hay una correlación negativa con el precio de las mercancías agrícolas. Me refiero a un comportamiento de manera inversa: sube el dólar, pero el precio de mercancías agrícolas tiende a la baja. Y eso estamos experimentando con algunos mercados agrícolas como cacao o maíz, por ejemplo. Hay una tendencia a la baja dramática. Este comportamiento no es nuevo, existe y uno puede anticipar estrategias.

¿Qué clase de estrategias por ejemplo?

Unas dependen de las autoridades y otras de los agricultores. Hay que revisar en la estructura de costos los componentes más importantes. En una crisis como la del covid-19 es más difícil definir costos de producción porque no se lo puede hacer de un día para otro. Sin embargo, esta relación de variables no es reciente, sino que se la viene discutiendo desde los años de 1970. Incluso la Cepal ha mostrado evidencia sobre cómo este comportamiento, esta correlación negativa se ha acentuando desde el año 2000. Sube el dólar un 1% y en ese mismo porcentaje bajan los productos agrícolas. Pero no se ha hecho mucho en reducir costos de producción. Entonces toca ir a la estructura de ingresos: ser más productivo, invertir en ciencia y tecnología. El problema es que en América Latina no se está invirtiendo en ciencia y tecnología agrícola.

¿Hay lecciones del pasado?

Las crisis nos dejan lecciones, pero estas se han basado en el pasado porque estas caídas de precios ya han ocurrido.

¿Pero no hemos aprendido?

Correcto. Aunque hay buenos ejemplos: en el 2007 y 2008 hubo una depreciación del dólar y nuestros productos eran más baratos y más competitivos. Además, los productos agrícolas estaban al alza y fue un ‘boom’ para la economía ecuatoriana. Ahora tenemos lo contrario. Además, hay que anotar el precio del petróleo que tiene un comportamiento positivo con muchos de los precios de las mercancías agrícolas. Cuando cae, los precios de algunos productos bajan. Allí están la palma aceitera, el cacao, el maíz. Estos son comportamientos de los que pudimos aprender algunas lecciones, pero no lo hicimos y no se pudieron anticipar estrategias que toman cinco o más años.

¿Qué podemos esperar en el agro ante el covid-19?

En términos de precios, mientras dure el covid-19, van a estar a la baja. Vamos a tener muchas dificultades relacionadas con los costos de producción. Si hay un precio muy bajo, los costos de producción seguirán altos no solo por el dólar, sino por el costo de la mano de obra y los insumos. Entonces los márgenes de ganancia se pueden reducir o ser negativos.

¿Puede ser el escenario para replantear el modelo agrícola, para empezar a invertir en tecnología e innovación?

Por supuesto. Para salir de esta ‘trampa’ se necesita invertir en investigación y desarrollo. La trasmisión de las crisis es más rápida para una economía que cumple tres condiciones: ser una economía pequeña porque no puede influir en los precios a escala internacional; ser una economía cuya producción está concentrada en pocos productos, con una canasta exportable limitada; y la tercera condición es que los productos de exportación van a pocos mercados en el mundo y allí los ejemplos de estos días son el camarón o la pitahaya que no podían llegar a China. Ecuador cumple esas tres condiciones y ese es un problema ante crisis como las que estamos viviendo ahora. Entonces, era fácil predecir un impacto muy fuerte para la economía ecuatoriana, en especial para los productos agrícolas.

¿Entonces es el momento para trazar un nuevo plan en materia agrícola?


Creo que en esta situación que estamos viviendo unos pueden decir que es bueno o malo estar en un sistema dolarizado. Yo como analista veo que tenemos un sistema dolarizado y que hay una relación entre el valor del dólar, el precio de los productos agrícolas y el precio del petróleo. Al saber de esas relaciones se pueden sacar ventajas incluso en épocas de crisis porque sé cómo se van a comportar los mercados y los preciso. Así puedo predecir mi flujo de caja como agricultor; igual a escala empresarial puedo saber que voy a tener una temporada en la que hay que cuidar el flujo, en la que debo mantener abiertas las líneas de crédito y que debo ser muy cuidadoso con los costos de producción. Estas son las recomendaciones, pero para salir del problema la solución en el largo plazo es invertir en investigación y desarrollo, que permita presentar a los mercados extranjeros nuevos productos. El problema es que en momentos de crisis es cuando se dan más recortes a los recursos para investigación y desarrollo.

Hemos visto los temas macro, ¿pero cómo están los pequeños agricultores ecuatorianos, qué tan preparados están ante estas crisis?


En mi experiencia veo que los pequeños y medianos agricultores no tienen esta información. La información sobre los precios y sobre las maneras de enfrentar crisis debe estar disponible de manera pública. Los sistemas de transferencia de información en el sector agrícola son muy débiles, hay que reestructurarlos. Hoy en día la información en tiempo real pero pocos agricultores conocen esto y de alguna forma las instituciones públicas y privadas deben ayudar a que esa información esté disponible.