Kinross, punto de inflexión de la inversión

Pese a que la reforma minera aprobada tenía como objetivo atraer mayor inversión extranjera, su debate final en la Asamblea arrancó la semana pasada con el anuncio del abandono de Kinross del yacimiento Fruta del Norte.

La empresa canadiense adquirió en el 2008 el 80% de las acciones de Aurelian, firma también canadiense que descubrió Fruta del Norte, depósito que contiene 6,8 millones de onzas de oro en reservas certificadas que al valor actual representa cerca de USD 10 000 millones. Sin embargo, datos de la Arcom revelan que el yacimiento podría llegar a contener hasta 14 millones de onzas.

Por adquirir Aurelian y ser partícipe de sus derechos mineros, Kinross pagó cerca de USD 700 millones y realizó inversiones por otros USD 200 millones hasta el año pasado en exploración avanzada. La canadiense venía negociando un contrato para pasar de la fase de exploración avanzada a explotación.

Luego de ese tiempo, la minera objetaba la cláusula del Impuesto a las Ganancias Extraordinarias. Este se recauda siempre que el precio del oro sube por sobre un valor estimado en el contrato. Esa ganancia extraordinaria se reparte en un 70% para el Estado y 30% para el concesionario.

Sin embargo, la empresa indicó que esto hacía inviable el negocio por lo que el Gobierno decidió recaudar el Impuesto luego de que recuperara las inversiones. Aunque este cambio fue incluido en la reforma minera, la matriz de Kinross decidió echar abajo el acuerdo y anunció que dejaría Fruta del Norte.

El presidente del Colegio de Ingenieros de Minas del Ecuador, Daniel Philco, explica que este tipo de impuesto no tiene precedente en ningún otro país del mundo y que si Kinross aceptaba ese compromiso en el Ecuador, los otros países donde opera la empresa le hubieran pedido la misma condición.

Con ello, sus ganancias habrían disminuido y habría creado un precedente para que se aplique el impuesto en la industria minera a escala mundial. El anuncio de Kinross trajo cola. Al día siguiente, la canadiense INV Minerals que opera en el proyecto Loma Grande (Quimsacocha) en Azuay anunció que reevaluaría su permanencia en el Ecuador.

Con este anuncio y la salida de Kinross, la balanza se inclina hacia las empresas estatales. De los cinco proyectos estratégicos mineros tres son operados por las empresas estatales chinas Ecuacorriente y Junefield. Mientras que Fruta del Norte regresará a manos del Estado Ecuatoriano y Quimsacocha podría también ser abandonado por la única privada restante INV Minerals. "Hemos regresado a fojas cero en materia de inversión minera", indicó Philco.

Para el exdirector Nacional de Minería, César Espinosa, el anuncio de Kinross fue letal para el país porque lleva implícito un mensaje de que en el Ecuador no hay seguridad jurídica para la inversión minera. Advirtió que hay un enredo de los impuestos que una empresa minera tiene que pagar por un lado y que por el otro no tiene la seguridad de que van a explotar un yacimiento.