La Comarca produce al día 20 000 lechugas en una plantación de 10 hectáreas. A final de año, la firma tiene previsto importar.

La Comarca produce al día 20 000 lechugas en una plantación de 10 hectáreas. A final de año, la firma tiene previsto importar. Foto: Cortesía La Comarca

Lechugas que crecen en el agua

8 de abril de 2020 11:56

La relación de Alejandro Terneus con el campo proviene de su niñez, época en la que solía pasar los fines de semana y vacaciones en la hacienda de su padre en Perucho, población ubicada en el norte de Pichincha.

En la plantación, su padre Andrés Terneus, comenzó a cultivar lechugas mediante hidroponía, un sistema en el que las raíces de las plantas se colocan en una solución acuosa, con nutrientes minerales, en lugar de tierra. El producto lo vendía a Corporación Favorita desde finales de los 90.

Para entonces, Alejandro era un adolescente y fue aprendiendo sobre este método de cultivo. Al culminar el colegio, comenzó a estudiar agroindustria en la Universidad de Las Américas (UDLA), pero al poco tiempo dejó la carrera para dedicarse por completo a la agricultura.

Su idea era seguir en el negocio de las lechugas, pero de manera independiente a su padre. Él le apoyó con un terreno de 2 500 metros cuadrados, en el que sembró sus primeras 3 360 plantas de lechuga en hidroponía. El capital para su primera plantación fue de USD 5 000, que solicitó como crédito a la Cooperativa Alianza Minas.

Fue así como en 2005 fundó su empresa: La Comarca, que arrancó con una producción inicial de 280 lechugas a la semana. Luego de una primera negativa y mucha insistencia, le dieron la apertura para ingresar en las cadenas de supermercados de Corporación Favorita.

En hidroponía, las raíces de las plantas están ubicadas dentro de una tubería (a 1,20 metros de separación del suelo), por donde circula agua con sales minerales –que contienen calcio, potasio y fósforo–. Terneus explica que una de las ventajas de este método es la capacidad del terreno, al poder colocar hasta 25 plantas por metro cuadrado, mientras que en un cultivo tradicional alcanza para nueve.

Otro beneficio, añade, es que se pueden realizar hasta nueve cosechas por año, cinco más que en un cultivo de tierra. Gracias a la rotación de las cosechas en el terreno, La Comarca puede producir hasta 20 000 unidades de lechugas por día en 10 hectáreas, donde hoy tiene sembradas 1 millón de plantas. En 2015, la compañía se mudó a una hacienda en San José de Minas, en el norte de Pichincha, donde invirtió USD 2 millones.

El 80% de la producción es lechuga crespa. Además, produce otras cuatro variedades: romana, roja, seda y salanova. Se venden con las marcas: La Comarca y La Campiña.
La empresa agrícola trabaja con 10 proveedores nacionales. Uno de ellos es Agroveterinarios, que le provee de fungicidas, insecticidas y fertilizantes foliares, todos respaldados con certificaciones orgánicas internacionales, aclara Flavio Barreno, gerente técnico de Agroveterinarios. Añade que este tipo de productos fitosanitarios se utilizan de manera preventiva o curativa, en caso de existir algún problema de plagas u hongos.

Terneus explica que cinco años después de haber ingresado a Corporación Favorita, logró vender su producto a Grupo El Rosado, que al momento es su principal cliente.

Actualmente, tiene una cartera de 15 clientes, entre supermercados y cadenas de comida.
En este último mercado entró en el 2015 con La Tablita del Tártaro. Elizabeth Santos, gerente de Producción de esta cadena señala que a la semana le compran entre 1 500 y 2000 kilos de lechuga. “El producto es de óptima calidad, valoran mucho la inocuidad alimentaria”.

Comenta que se decidieron por este proveedor, luego de haber visitado sus plantaciones y corroborar que se manejan bajo “estrictos controles agrícolas y una tecnología avanzada” en cultivos hidropónicos.

La Comarca también ha incursionado en la maquilación de marcas blancas. Primero, para El Rosado, y posteriormente con Corporación Favorita y Tía. “El 50% de la producción se destina a maquilación de marcas blancas”, señala Terneus.

Para la entrega del producto a los supermercados tienen como proveedor de fundas plásticas individuales a Producempaque. El tipo de funda depende de la variedad de la lechuga. La firma les vende al mes cerca de 200 000 fundas, indica Fausto Jaramillo, propietario de este negocio.

El crecimiento de la compañía, que en el 2019 facturó USD 1,6 millones, ha sido un desafío constante para Terneus. “Han sido 15 años de aprendizaje. Jugué a ser empresario y tener mi propio negocio. El autoeducarse es mucho más difícil que seguir una carrera. Para tener éxito hay que tener disciplina, orden, constancia y perseverancia. Me he caído varias veces, pero he encontrado una salida y he comenzado de nuevo”.

En el 2010, la empresa quebró porque perdió por corto tiempo a su único proveedor (Corporación Favorita). “Empecé de cero. Ahí desperté y empecé a buscar más clientes. Demoré ocho meses en entrar a El Rosado. Era el proveedor más pequeño de lechuga y hoy soy el principal”.

La reinvención también ha sido clave. Desde hace dos años tiene un proyecto de islas en 20 supermercados de Favorita, que simulan la cosecha en hidroponía, para que los clientes se lleven las lechugas lo más frescas.

Más adelante comenzará a producir nuevos productos en hidroponía: acelgas, nabo chino, apio y albahaca. “Están por entrar a plantación, tengo 50 mil plantas por cada fruto”. El fin es también colocarlos en islas de hidroponía. También tiene planes de exportación. A finales de año, espera comenzar en Panamá y Chile.