Andrés Torres y Juan Felipe Torres muestran la oferta gastronómica que desarrollan en el local de Tagliere. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

Andrés Torres y Juan Felipe Torres muestran la oferta gastronómica que desarrollan en el local de Tagliere. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

Ellos conservan la tradicional pasta fresca italiana

14 de diciembre de 2020 17:10

Andrés Torres es cocinero profesional y conoce bien el sabor de la pasta fresca italiana, un producto difícil de encontrar en Ecuador. Esto lo impulsó, junto con su hermano Juan Felipe, a fundar Tagliere, un negocio que tiene como base la fabricación de pasta al ‘mattarello’ (rodillo).

Aunque el emprendimiento comenzó a inicios de diciembre del 2019, la preparación de Andrés se dio unos tres años atrás, cuando viajó a Bolonia, al norte de Italia, para especializarse en la elaboración de las variedades del producto. Allí conoció los procesos productivos y las técnicas de la verdadera cocina de ese país. Entre ellos, la técnica al ‘mattarello’.

Por ejemplo, para trabajar la masa con este artículo, que es un gran rodillo de madera, debe haber una superficie plana, preferiblemente del mismo material, para que absorba la humedad de la masa y se pueda ir estirando poco a poco.

Desde su estancia en ese país, tuvo la idea de producir su propia pasta. “Existían muchas opciones en el mercado, pero ninguna tenía el sabor de lo que había probado en Italia”, recuerda.

En un pequeño taller, alquilado por los hermanos Torres en Samborondón, se inició Tagliere. La inversión fue cerca de USD 3 000 y ese monto incluyó los gastos de adecuación del sitio, materia prima e implementos para realizar las formas y cortes de la masa.

En los dos primeros meses de funcionamiento, aunque el giro de su negocio era la creación de pastas, se incluyeron la venta de tablas con piqueos a domicilio.

Según cuentan los emprendedores, el despunte del negocio se dio a partir del inicio de la emergencia sanitaria, en marzo. La demanda de pastas secas y rellenas se dinamizó por el confinamiento.

La gama de Tagliere comprende más de 12 formatos entre cortos, largos y rellenos; entre ellas hay tipos como el garganelli y farfalle; y productos de horno como lasaña de carne y de hongos. Además, seis tipos de salsas que incluyen las clásicas pomodoro y pesto.

Entre marzo y noviembre han producido 978,1 libras de las diferentes variedades.
Juan Felipe, comunicador de profesión y mano derecha de su hermano, afirma que durante el confinamiento se apalancaron en las redes sociales para fomentar el consumo y atraer clientes. En la cuenta de Instagram del negocio, se colgaron videos sobre cómo hacer pasta en casa.

Para colocar los productos, trabajan con dos puntos de venta digitales, sumado al servicio a domicilio que mantienen. Además, dotan de pasta a restaurantes.

Gabriela Cepeda, chef propietaria de La Central, contó que trabaja con el pequeño negocio desde junio. “La calidad de la pasta es excepcional, la aceptación de los clientes por los formatos que producen es cada vez mayor”.

Desde inicios de diciembre, Tagliere se trasladó a un nuevo espacio. Ese lugar cuenta con una pequeña bodega, donde se puede comprar embutidos, vinos y quesos. Rocco Maiorella, de Delizie Italiane, trabaja con los hermanos Torres desde sus inicios. “Son una dupla extraordinaria, el sabor y la calidad de sus productos se asemejan a la cocina italiana”.

En el nuevo lugar se habilitó de jueves a sábado un espacio en el que grupos de hasta ocho personas pueden disfrutar de menús ‘pop up’ mensuales (menús itinerantes y temporales).

El valor añadido del negocio y del concepto que tratan de implementar es que la gente se sienta en un rincón italiano. “Nos queremos mostrar como una vitrina transparente, en el que los comensales vivan una experiencia íntima y se dialogue sobre cocina, como en varias partes del mundo”.

2 500 dólares es la facturación promedio mensual del emprendimiento