Tom G. Palmer es Asociado Senior del Instituto Cato, con sede en Washington D.C., conversó con LÍDERES sobre el capitalismo, el socialismo, el imperio de la ley y el optimismo que tiene ante las nuevas generaciones. Estuvo en Quito invitado por la U. San

Tom G. Palmer es Asociado Senior del Instituto Cato, con sede en Washington D.C., conversó con LÍDERES sobre el capitalismo, el socialismo, el imperio de la ley y el optimismo que tiene ante las nuevas generaciones. Estuvo en Quito invitado por la U. San Francisco. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Pedro Maldonado
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Tom G. Palmer: ‘El libre mercado cura al amiguismo’

18 de junio de 2018 08:54

Usted editó el libro ‘La moral del capitalismo’ y su charla que dio en Quito fue del mismo tema. ¿Cuál es el punto que quiere mostrar?
Muchas personas asumen que el intercambio de bienes es injusto, que si alguien logra ganancias, alguien tiene que perder. Y eso es un error. Cuando el intercambio es voluntario, las dos partes obtienen beneficios. Entonces la creencia común de que los negocios son injustos tiene que ser desafiada. Hay negocios honestos y cuando uno trabaja con buena voluntad se crea valor, se comparte ese valor con los clientes, vendedores, empleadores y para toda la sociedad. Quiero tener distintas perspectivas desde China, Latinoamérica, África, Europa, EE.UU. para explicar la manera en la que el libre mercado y el capitalismo crean prosperidad para todos. Hay muchas personas que tienen amigos en el gobierno y obtienen privilegios, subsidios o favores especiales, ese sistema es predatorio e injusto. Para ese mal, llamado ‘cronyism’ o amiguismo hay una cura: el libre mercado y la competencia.

¿Lo que usted propone es una defensa del capitalismo?
Una defensa del libre mercado, distinguido de su rival que es ese amiguismo. En el mundo en el que vivimos, la idea del socialismo ya no es seria, porque siempre falla. Venezuela es el ejemplo más reciente, pero los socialistas siempre han dicho que se siga intentando, piden una nueva oportunidad en un nuevo país y siempre fallan. Hoy tenemos la oportunidad de elegir entre dos sistemas: el libre mercado o el amiguismo. Debemos rechazar el amiguismo y abrazar el libre mercado, el intercambio basado en el imperio de la ley, la igualdad de todos ante la ley.

Muchas veces se confunde la izquierda o la derecha con el populismo autoritario...
Es interesante ver una convergencia entre la extrema izquierda y la extrema derecha, en contra de quienes están en el medio. Pienso que en la mitad está la gente que quiere vivir su propia vida, criar a sus niños, estudiar y vivir bien. Y los extremos, de izquierda o derecha, exigen que vivamos conforme a sus visiones. Ejemplos son Mussolini o Stalin, que tenían una visión para los demás. En los últimos 10 años hemos visto esta convergencia de movimientos extremos y allí aparece el populismo cuando dice: ‘nosotros somos la verdad, somos la gente auténtica’, entonces los demás no son personas, son enemigos por destruir. En EE.UU., Donald Trump representa esa visión, él tiene discursos populistas y asegura que ‘lo único que importa es la unificación de las personas’. Una mentalidad igual fue la de Hugo Chávez, en Venezuela, o ahora la de Erdogan, en Turquía.

¿Y por qué la gente cree en el populismo?
Algunos creen y algunos no. Trump fue electo legalmente, pero con menos votos que Hillary Clinton; ella no hizo una buena campaña y perdió.

¿Y en Latinoamérica?
La tendencia está en la derecha y ahora Latinoamérica está en recuperación.

¿Hasta cuándo?
Ya veremos. El futuro es difícil de predecir. Pienso que lo que ha pasado en Venezuela o Brasil ha hecho reflexionar. Venezuela, uno de los países que tuvo en el pasado altos índices de bienestar, ahora tiene a gente realmente hambrienta, una catástrofe que rompe el corazón. Es una advertencia para el resto del mundo, de no cometer esos errores. En Ecuador vemos un cambio y se está cerrando un capítulo en su historia y empezando uno nuevo. Soy optimista y pienso que América Latina está en la dirección correcta. Argentina, por ejemplo, está tratando de hacer lo correcto.

¿Qué ocurre con la libertad económica en la región?
La región ha estado dividida tradicionalmente entre la clase alta, con acceso a la ley, y una clase baja que vive de manera informal. Se necesita un cambio del imperio de la ley que abarque a todos. Eso no es fácil, requiere mucho esfuerzo. Pienso que la clave es llevar al sector informal a la economía, a la luz del día, al imperio de la ley. La meta es mantener al poder por debajo de la ley.

Es una meta de largo plazo. ¿Cuánto deberíamos esperar para alcanzarla?
Lo primero es no esperar, no perder tiempo y trabajar duro. Un país puede pasar de ser pobre a rico en una generación. Corea del Sur, en los años 60 era muy pobre, pero abrió su economía, logró acuerdos globales, creó una clase media que demanda bienes y servicios y ahora es un país próspero, estable y rico. Esto porque tomó las decisiones correctas en economía y políticas públicas.

¿En América Latina se puede seguir el ejemplo de Corea del Sur?
Creo que sí. Vemos países con desempeños económicos muy distintos. La burocracia es menor en ciertos países y eso hace que una economía sea más competitiva y permite hacer negocios en la economía formal. De la libertad económica hay muchas lecciones.

¿Hay condiciones que se deben cumplir para lograr esa libertad económica?
Algunos dicen que es necesario tener recursos naturales, pero no es verdad. Miremos a Hong Kong u Holanda. Son ricos por el comercio y el imperio de la ley, que es el elemento más importante en la producción, más que petróleo, el oro, o lo que sea.

¿Y qué hacer cuando aparece la corrupción?
En ese momento tenemos que preguntarnos ¿qué estamos haciendo para combatirla? En Nepal se adoptaron registros de negocios en línea, con un sistema informático que no pide una coima. Con medidas así se combate o se elimina mucha corrupción.

¿Cree que los más jóvenes son menos propensos a la corrupción?

En África pasó algo especial con la telefonía móvil. La gente empezó a ver cómo vive el resto del mundo; los jóvenes dijeron estar enfermos de la corrupción y la pobreza que genera. No quieren seguir así y empezaron a generar cambios. Lo mismo puede pasar en cualquier región. Eso nos hace ser optimistas sobre el futuro.

Hoja de vida

Cargos. Asociado Senior en el Instituto Cato; director de la división educacional del Instituto, Cato University; Vicepresidente para Programas Internacionales en la Fundación de Investigación Económica Atlas; y Director General de la Red Atlas Global Initiative for Free Trade, Peace, and Prosperity.
Trayectoria. Desde los años 70 es activo promotor del libertarianismo con ideas y políticas liberales clásicos. Tiene una serie de publicaciones sobre el libertarianismo. Además es catedrático de economía política e historia legal y constitucional.
En Quito. Vino para participar en la conferencia The Morality of Capitalism, que se desarrolló la semana pasada en la Universidad San Francisco de Quito.