Los agricultores como José Alberto Sánchez recuperan en las chacras los cultivos como ataco  o sangorache. Foto:  Francisco Espinosa para LÍDERES

Los agricultores como José Alberto Sánchez recuperan en las chacras los cultivos como ataco o sangorache. Foto: Francisco Espinosa para LÍDERES

Mama Murucuna produce tres harinas

5 de abril de 2017 13:00

Galletas, quimbolitos, tortillas y snacks de amaranto son parte de las innovaciones culinarias para incentivar el consumo de los productos andinos.

El cultivo y procesamiento del amaranto, en sus variedades blanco y negro (ataco), y quinua son el motor de la Asociación de productores agrícolas orgánicos de Cotacachi Mama Murucuna (Granos Madres, en español), creada en el 2010.

Los 15 campesinos que integran esta organización, que pertenecen a las comunas kichwas de Chilcapamba, Imantag, Azama y Morochos impulsan la reintroducción y cultivo de estos alimentos tradicionales, asegura su líder José Alberto Sánchez.

Él recuerda que la organización no gubernamental Oxfam, de Italia, en el 2008, emprendió un programa para recuperar la producción de las tres variedades de granos, que casi desaparecen de las parcelas y mesas de las familias kichwas de la zona.

Así campesinos como Silvia Cachimuel, socia y administradora encargada de Mama Murucuna, fueron conociendo los secretos para el cultivo. La campesina tiene 21 años, es bachiller técnico en agropecuaria y está a gusto en el trabajo de la organización.
Al momento de la siembra del amaranto blanco la tierra debe tener buena humedad para la germinación y la formación de flores y frutos. En este cantón imbabureño se puede cultivar todo el año.

La asistencia también apuntó a tecnificar los procesos de siembra y cosecha. La organización posee una máquina sembradora, de fabricación nacional, y dos trilladoras de procedencia brasileña.

La primera ayudó a simplificar el trabajo de las mujeres, las encargadas de esparcir las semillas, comenta Cristian Paz, extécnico del Programa de Desarrollo Territorial Rural Oxfam Italia.

Mientras que las trilladoras se usan para separar el grano de la hojarasca de amaranto, quinua, chocho, fréjol, arveja, lenteja, cebada y trigo. Pueden procesar 60 quintales por día, cada una. El gremio también posee una máquina escalificadora para obtener la quinua. En todos los equipos Oxfam invirtió alrededor de USD 35 000.

A la par, se capacitó a los agricultores en la producción de semillas. Paz explica que con los miembros de los poblados se integró un comité de investigación agrícola, que se encargó de producir semillas de quinua, amaranto y ataco. Luego, las distribuyeron para que los productores de la zona las siembren en sus fincas.

La labor del programa también incluyó el apoyo en búsqueda de mercado para comercializar los granos, la participación en ferias y el intercambio de conocimientos con otros campesinos.

Una de la últimas implementaciones es la obtención de harinas de amaranto, ataco y quinua. El proyecto Más Mujeres, de Care Ecuador, apoyó con la adquisición de un molino. Eso les permite comercializar los diferentes glútenes en presentaciones de 500 gramos. Las ferias son sus vitrinas.