Nathaly Albán al mando de una embarcación. Foto: Cortesía Nathaly Albán

Nathaly Albán al mando de una embarcación. Foto: Cortesía Nathaly Albán

En el mar hizo sus sueños realidad

1 de octubre de 2020 11:24

En su niñez, el momento más esperado de las fiestas de Guayaquil era cuando sus padres la llevaban al paseo en lancha que organizaba la Armada, desde Durán hasta el Puerto Principal. Ya entonces, la capitana Nathaly Albán sabía que quería ser marina.

La guayaquileña hizo sus estudios secundarios en el Colegio Rita Lecumberri. Cuando se graduó, pese a su pasión por las embarcaciones, optó por estudiar economía en la Universidad Estatal; su objetivo era llegar a ocupar un cargo en el sector público, al igual que su madre, Rita Lucía Méndez.

Sin embargo, en el 2003, dos años después de haber iniciado su carrera universitaria, se abrió la posibilidad para ingresar a la Armada del Ecuador. Mientras averiguaba cómo era el proceso para el ingreso se enteró que existía la Marina Mercante y vio allí una oportunidad profesional.
“Siempre me había preguntado quién operaba los barcos. Me gustaba la navegación, pero no las armas”, comenta. Quería viajar por el mundo, conocer gente, usar uniforme blanco; su sueño se hizo realidad al ingresar a la Escuela de Marina Mercante Nacional.

Fue parte de la segunda promoción de mujeres en esta entidad, regentada por la Armada, en la Base Naval Norte. Recibió entrenamiento y formación teórica. “Aprendimos a formar nuestro carácter, a no desmayar”.

En esto coincide la primera oficial Jessica Sánchez, quien fue ‘body’ de la capitana durante su formación. En la Marina ese concepto se refiere al compañero que está pendiente del otro, siempre.

“Nathaly me daba ánimos cuando teníamos instrucción física. Durante el trote siempre me decía que siga adelante”, dice. Destaca de ella su madurez e inteligencia.

Al tercer año, de los cuatro de la carrera, fue la primera vez que realizó sus prácticas en un barco de pasajeros. Fue el Celebrity Xpediton, de Celebrity Cruises, en el que pasó seis meses.

“Me enamoré de ese barco”, recuerda. Literalmente, cumplió su sueño de conocer gente de diferentes partes del mundo, navegar por las islas Galápagos y aprender de sus oficiales maestros.

Un año después pasó 12 meses viajando por América en el buque tanque Zamora, de la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec). La experiencia fue dura y completamente diferente porque el personal no estaba acostumbrado a tener colegas mujeres en la nave y no tenía facilidades para aprender.

Pero sorteó los obstáculos y logró graduarse en el 2006. La amplia demanda de oficiales mercantes en el país le permitió encontrar un trabajo rápidamente. Comenzó a navegar, como tercer oficial, en el barco Galápagos Explorer II.

Desde ese momento no paró. En los siguientes nueve años laboró en dicha nave y también en los tanqueros de cabotaje en Manta.

Dichas embarcaciones se dedican a la carga y traslado de crudo en puertos del país. Al tener que estar en permanente contacto con el hidrocarburo, debido a que la actividad no estaba automatizada, la capitana Albán comenzó a sentir que podía haber peligro para su salud. Se quedó un año y medio y retornó a Galápagos.

Para ese momento había seguido los cursos de ascenso y ya tenía el grado de primer oficial. Eso le permitió, en el archipiélago, emplearse en el barco Eclipse; Celebrity Cruises compró la nave y cambió su nombre a Xperience.

Esta firma también cuenta con otras dos embarcaciones y Nathaly ha podido laborar en todas. En el 2017, dos años después de volver a las islas, siendo aún primer oficial, asumió la dirección de la nave Xploration; mientras que en agosto del año pasado, la empresa la transfirió al Xpedition.

Este barco fue el primero en el que ella hizo sus prácticas cuando estudiaba. Desde este año comanda la nave, luego que recibió el ascenso como capitana de altura.

Héctor Holguín, excomandante General de la Marina y Gerente de Gestión Marítima en Celebrity Cruises en Ecuador, comenta que Albán obtuvo la primera antigüedad en el curso. La conoce desde que era estudiante y destaca de ella su liderazgo, tenacidad, aprecio de la tripulación y capacidad para conducir las naves.

Ella recorre en el Xpedition Galápagos. De las islas comenta que cada día puede ver algo nuevo. También le ha marcado el haber contribuido allí con el rescate de 25 personas de un naufragio.

En la vida -dicen- no hay coincidencias. Tal vez su pasión por el mar era solo el preludio de que, en su momento, ella debía estar allí para otros. “En el mar todos somos una familia. Somos uno”.

Su vida
Profesión. 
Tiene una Ingeniería en Transporte Marítimo y Puertos de la Universidad Metropolitana. Cuenta con una maestría en Dirección de Operaciones e Innovación de la Universitat de Barcelona.

Descanso. 
Trabaja seis semanas en el barco y pasa seis en tierra. Le gusta la lectura y aprender en cursos. En Guayaquil tiene un perro golden. Ha viajado por todo el país y también por el exterior. Gusta de hacer BBQ.