Los insumos para la fabricación de los detergente provienen de México, Argentina,  China, entre otros países. Los productos son amigables con el medioambiente. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES

Los insumos para la fabricación de los detergente provienen de México, Argentina, China, entre otros países. Los productos son amigables con el medioambiente. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES

Medio siglo ofreciendo limpieza

6 de marzo de 2017 12:53

La visión de una garza blanca en medio de un lodazal en la carretera cerca de Santo Domingo de los Tsáchilas se convirtió en un hito para Proquim.

Esta es una empresa que elabora productos de limpieza, principalmente detergentes para ropa, y que nació en 1967 de la mano de Pedro Ponce. Ahora, 50 años más tarde, se encuentra administrada por Christian, uno de sus 10 hijos.

Este empresario quiteño cuenta que un año después de la creación de la compañía fue cuando esa ave deslumbró a su padre por lo impactante de su limpieza. Fue por ello que su detergente estrella, que aglutina el 50% de las ventas de la firma, se llama Garza.

Proquim, sin embargo, tuvo sus orígenes en la importación. Pedro Ponce y sus hermanos trajeron a Ecuador la representación de la marca de lubricantes Shell. Esta­ compañía también fabricaba el detergente Teepol, por lo que Ponce lo trajo también a Ecuador.

La firma anglo-holandesa les propuso a los hermanos la posibilidad de fabricar el producto. Fue así como Pedro Ponce fundó Proquim, con el apoyo de otros cuatro socios: tres médicos y un empresario guayaquileño.

La línea de venta inicial fue: “Siete ayudas eficaces para el hogar”. Esto porque la oferta de la firma, desde sus comienzos, incluyó siete productos como detergentes para ropa y platos, insecticidas, químicos para limpieza de vidrios, lustramuebles...

Con el tiempo, algunos de los productos salieron del mercado, otros se mantuvieron. El detergente Garza vio la luz en 1977 y actualmente se comercializa en presentaciones en polvo y líquida.

Su desarrollo nació de la mano del ingeniero químico Raúl Gangotena, que apoyó a Pedro Ponce en la creación de este detergente exclusivo para lavadoras de ropa. “Había pocas en esa época (...) Nosotros nos enfocamos en pequeños nichos de mercado toda la vida, porque competir con las multinacionales es difícil por costos, publicidad, distribución”.

Al inicio, calcula Christian Ponce, se vendían 10 a 20 toneladas al año de este detergente, mientras que ahora alcanza un total de 200.

Los registros de la compañía son antiguos, pero Ponce calcula que para 1973, con base en las actas de las sesiones de la firma, el capital era de unos 800 000 sucres.
Hasta 1987, los productos se vendían con la imagen de la concha de Shell. Esta empresa extranjera decidió que ya no se trabajase de esa forma y ahí fue cuando los artículos de Proquim quedaron con el eslogan de “7 ayudas”.

Desde la década de los noventa aparecieron productos que reemplazaron a los originales, entre los que están Swan, para la ropa de bebé; Dish-Lav, para lavar platos en máquinas; Teepol, para la limpieza de cocinas de inducción; Teepol quitagrasa, limpiavidrios, lustramuebles, entre otros.

Entre los principales compradores de la empresa se encuentran las cadenas de retail, como Corporación Favorita, así como hospitales, hoteles y lavanderías.

Una de estas últimas es Tecnoclean, en Imbabura. “Nosotros tenemos la lavandería por 25 años. Damos el servicio en Ibarra y en Otavalo. Arrancamos con los productos de Proquim, particularmente con Garza. Nos garantiza que en el lavado en húmedo no se nos dañe ninguna de las prendas. Lo importante es que en todos ­estos años se ha mantenido la misma calidad”.

Garza es una marca que también la recuerdan amas de casa como Carmen Paredes. Ella dice que era una adolescente cuando miraba en el centro de Quito el exterior de las oficinas donde operaba la empresa, por tener un mural de Blanca Nieves y los siete enanos.

Estos personajes, muestra de pulcritud y limpieza, se convirtieron en el símbolo de Proquim en su nacimiento. Los enanos están vinculados con “las siete ayudas eficaces para el hogar”.

Según Christian Ponce, estos han años han debido enfrentar la realidad que ha marcado la globalización.“Existen hoy más de 20 marcas en el mercado. Se da una competencia perfecta porque los precios en Ecuador están entre los más baratos del mundo”.

Durante los dos últimos años la situación económica nacional también ha impactado en la compañía. Sin embargo, han trabajado para seguir desarrollándose.

Ponce hijo destaca el hecho de que su detergentes cumplen con los requerimientos de la Ley. Actualmente, estos no tienen fosfatos y, por ello, hay menor impacto en el medioambiente.