El memo de la semana: El comercio internacional

Al concluir el tercer trimestre del año, la economía mundial no muestra síntomas de recuperación y, por el contrario, existen nuevos indicadores que revelan que en el corto plazo la situación seguirá compleja. La semana anterior, la Organización Mundial de Comercio (OMC) revisó a la baja sus previsiones de crecimiento del comercio mundial, debido principalmente a la crisis de la deuda en Europa. La incertidumbre en el desempeño de la economía estadounidense y la desaceleración en China son otras de las causas de esta revisión.

La OMC también prevé que las exportaciones de las economías avanzadas aumenten un 1,5 % (frente a una previsión anterior del 2 %) y que la expansión en las economías emergentes sea del 3,5 % (frente al 5,6 % previsto en abril).

En cuanto a las importaciones, habrá prácticamente un estancamiento en los países ricos y un crecimiento más sólido entre las economías en desarrollo.

Para el último trimestre del año en curso no se prevé cambios significativos y más bien las proyecciones de los agentes económicos se concentran en lo que puede pasar el próximo año. Para ello existen dos aspectos relevantes: que las políticas adoptadas en la Unión Europea eviten la ruptura del euro y que haya un acuerdo para estabilizar las finanzas públicas estadounidenses, lo que evitaría recortes y una subida de impuestos en la principal economía del mundo.

En medio de este panorama, el país también está al vaivén de lo que sucede en el mercado internacional. No obstante, su escenario frente a los principales socios comerciales, como EE.UU., es complejo. Casi al cumplir seis años de administración gubernamental, no hay nada claro con ellos.