El memo de la semana: Las lecciones del territorial

La decisión de la Junta Bancaria de suspender las operaciones del Banco Territorial, debido a problemas de solvencia y liquidez, nuevamente desempolvó las páginas de aquellos capítulos que vivió el país a finales de la década de los noventa, por la crisis del sistema financiero. El banco estaba sometido a un proceso de regularización desde hace unos tres años (abril del 2010), pero no se cumplieron en su totalidad las recomendaciones planteadas para que mejoren sus indicadores.

En la suma de factores que llevaron a la caída del Territorial también están aspectos de orden jurídico, que tienen que ver con un supuesto lavado de activos. Consecuentemente, la situación es compleja y en medio de esa situación están clientes y empleados de una entidad financiera, que fue el símbolo de una época de auge agroindustrial, desde finales del siglo XIX.

Según la autoridad de control, la relajación en la entrega de tarjetas relacionadas con actividades comerciales fue el detonante que afectó la cartera del banco que lo llevó a su cierre. Este es un tema que amerita una profunda reflexión, sobre todo por la época consumista en la que se encuentra inmersa la sociedad ecuatoriana.

Desde la óptica oficial, la situación del Territorial es un hecho particular frente al resto del sistema, que mantiene solidez y solvencia. No obstante, hay bancos que no tienen las mejores calificaciones, por lo que es indispensable que el cliente acceda a la mayor información posible, para estar seguros en quien confían sus recursos.

La frase:   "El principal 'pecado' del Banco Territorial fue su relación perniciosa con Casa Tosi. Fue muy relajado en la entrega de tarjetas de crédito".  Pedro Solines /   Superintendente de Bancos y Seguros