El memo de la semana: Yachay, ¿una oportunidad?

En los últimos siete años, la relación entre los empresarios y el Gobierno no ha logrado consolidar una agenda común, que permita alcanzar objetivos concretos. Las restricciones a las importaciones, que se traduce en la aplicación de normas y regulaciones a la industria, es el más reciente capítulo de este desencuentro entre los sectores público y privado.

A raíz de la aplicación de la Resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex), los sectores productivos se han visto en la necesidad y obligación de ajustar sus procesos a las disposiciones oficiales. Eso, sin duda, ha ocasionado el malestar de los industriales, por las afectaciones en su competitividad y productividad, más allá de los acuerdos que han firmado empresas que buscan oportunidades, con el cambio de matriz productiva y con las limitaciones a los productos importados.

En este contexto, ¿puede haber un punto de encuentro entre ambos sectores? Aparentemente no, pero el desarrollo de Yachay o la Ciudad del Conocimiento puede ser una posibilidad de acercamiento. Por ahora, unas 30 compañías privadas han logrado acuerdos o tienen listas cartas de intención con la empresa pública Yachay EP.

En esos convenios se plantean objetivos comunes, en proyectos de investigación, desarrollo e innovación. Pero para que el camino de Yachay sea fructífero se requieren reglas claras en temas de propiedad intelectual, apertura a la inversión extranjera, sin sesgos ideológicos, y trabajo integrado entre el Estado y el sector privado. ¿Es posible?