El profesional que quiere superarse, tener mayor dominio de su campo y profundizar sus conocimientos. Foto: Referencial

El profesional que quiere superarse, tener mayor dominio de su campo y profundizar sus conocimientos. Foto: Referencial

¿Qué hacer con su mente en el 2017?

12 de enero de 2017 11:16

Generalmente se atribuyen a la niñez y adolescencia la mayor capacidad de aprendizaje y absorción de conocimientos.

Formalmente, se consideran etapas formativas del carácter y la personalidad; mientras que la edad madura parecería más propicia para el desarrollo de otras facultades de tipo trascendental, de acercamiento a la realidad humana y al sentido de la vida.

Y aunque habitualmente en la persona adulta mengua el interés y curiosidad por el mundo que le rodea, nunca dejará de aprender, de sumar conocimiento. El aprendizaje continuo es, en realidad, una condición propia de la mente, un mecanismo que mantiene activo al cerebro, y al individuo, alerta y conectado con la realidad.

De otra parte, el entorno actual, cargado de incontables estímulos, exige de los sujetos el procesamiento y la asimilación de datos permanentemente. Sin embargo, no todos esos estímulos son positivos para la mente. Concretamente, es muy poca o casi inexistente la posibilidad de aprendizaje.

Si se considera que el aprendizaje es un proceso volitivo, una relación sensorial consciente y activa con el entorno, resulta que, al contrario, muchos de los estímulos provenientes del ambiente ingresan de manera subliminal, es decir, subrepticiamente, de modo que no hay aprendizaje sino simplemente embotamiento mental.

Con estas consideraciones, los aprendizajes que la persona se proponga para el nuevo año debieran ser de calidad.

El profesional que quiere superarse, tener un mayor dominio de su campo, profundizar en sus conocimientos, debe elegir con buen criterio el material que desea incorporar a su bagaje intelectual.

Hay que diferenciar, sin embargo, entre aprendizaje y modelos de pensamiento. El aprendizaje es la asimilación de conocimientos estructurados, mientras que un modelo de pensamiento es un proceso flexible y dinámico, creativo.

La formalidad académica tiene por propósito el aprendizaje, con programas preestablecidos, con un itinerario intelectual libre de todo sobresalto. Es decir, se propone un modelo general, hecho para todas las mentes.

Estimular la inteligencia es un asunto totalmente distinto. Es probable, no obstante, que muchos trabajadores opten por especializarse en su campo, utilizar su potencial intelectual para mejorar profesionalmente; es decir, poner en función la inteligencia práctica.

De alguna forma, no se arriesgan más allá de la intelectual previsible; lo que no les permite expandir su mente, ejercitar su potencial. Los hábitos mentales, las actividades estereotipadas, rutinarias, constituyen un límite para la mente creativa.

Si la percepción común es que la inteligencia debe ser ‘práctica, concreta y útil’, entonces parecería no tener objeto el desarrollo de la mente al margen de esas exigencias.

Pero si la persona no desea aventurarse en estos asuntos, la lectura, las matemáticas recreativas, la participación en foros on line, donde pueden hallarse temas apasionantes, con expositores calificados, la escritura, el cultivo de algún arte, la jardinería, la música, entre otras tantas actividades, le ayudarán a mantener la mente adecuadamente entrenada, abierta.

Debieran mencionarse la buena plática, el intercambio de pensamientos, el sano debate de ideas. Desafortunadamente, la trivialidad y la prisa de estos tiempos no permiten una comunicación estimulante.

La reflexión silenciosa, apartarse del mundo estratégicamente, contactar con la naturaleza, son de inmenso valor para conservar la mente sana, activa y joven.