El mercado de Jagalchi, en Busán, es el más grande Corea del Sur. El lugar honra el carácter eminentemente comercial de Busán, la segunda ciudad más importante del país asiático. Foto: Julio César Rivas/ EFE

El mercado de Jagalchi, en Busán, es el más grande Corea del Sur. El lugar honra el carácter eminentemente comercial de Busán, la segunda ciudad más importante del país asiático. Foto: Julio César Rivas/ EFE

El 'milagro coreano' será el referente de desarrollo para Latinoamérica

27 de marzo de 2015 11:05
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La historia ha sido contada en múltiples oportunidades: en 1960 los países latinoamericanos y Corea del Sur tenían niveles similares de desarrollo y una situación de pobreza muy parecida.

Más recientemente, en 1980, unas 15 naciones de la región tenían un ingreso por habitante superior al de su contraparte asiática.

Hoy en día las cosas son distintas. Con un producto per cápita cercano a los USD 26 000, los coreanos entraron a la categoría de economía industrializada.

Más aún, si hace cinco décadas largas, uno de cada dos habitantes del país asiático era pobre, hoy en día esa tasa es inferior al 5%.

Los elementos del llamado ‘milagro coreano’ estarán en el centro de las deliberaciones de la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo que tendrá lugar este fin de semana en el puerto de Busán, localizado a 450 kilómetros al sur de Seúl.

Muchos de los venidos del otro lado del Pacífico quieren escuchar las fórmulas que se usaron para que esta nación de 50 millones de habitantes, que sigue técnicamente en guerra con su vecino del norte, se convirtiera en una potencia exportadora, con un elevado énfasis en la tecnología.

El interés es genuino, dado el viento en contra que sopla para América Latina.

“Este año apenas vamos a crecer por encima del 1% y si las cosas siguen como van, no estaremos muy lejos del 3% anual”, señala José Juan Ruiz, economista jefe del BID.

La razón, no solo del pobre desempeño actual, sino de la brecha que se abrió con Corea es una: la productividad en nuestra región se ha estancado, mientras que en el país asiático ha aumentado sin cesar.

Elementos como la educación, las instituciones, las regulaciones laborales y la inversión pesan mucho en el resultado.

Más que una fórmula precisa, el mensaje que espera ser transmitido en Busán es que hay que hacer las cosas en forma diferente.

En ese propósito los coreanos quieren aportar una mano, como lo señaló Heenam Choi, del ministerio de Estrategia y Finanzas.

Se mantiene el desequilibrio en la balanza comercial 

En los pasados 25 años el comercio bilateral entre Corea del Sur y Latinoamérica ha crecido a una tasa anual compuesta del 17% y en el 2014 superó los USD 54 000 millones. Además, la inversión coreana acumulada desde el 2003 llegó a USD 10 300 millones.

No obstante, los desequilibrios son notorios, en favor de los asiáticos.

“Si América Latina quiere equilibrar la balanza, la única manera de hacerlo es comenzar a hacer la tarea”, concluye el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.