La directora ejecutiva Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa) explica el plan de sostenibilidad que tiene la industria. Critica el cambio constante de autoridades y es optimista por el actual manejo de la economía. Foto: Archiv

La directora ejecutiva Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa) explica el plan de sostenibilidad que tiene la industria. Critica el cambio constante de autoridades y es optimista por el actual manejo de la economía. Foto: Archivo / Líderes

Mónica Maldonado: ‘El atún sostenible ayuda a competir’

1 de julio de 2019 09:25

Ecuador presentó días atrás su nueva marca de atún sostenible. ¿Qué le llevó a la industria a desarrollar este concepto de sostenibilidad?
La Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa) desarrolló en el 2010 un código que norma la gestión de la pesca responsable y toda la cadena de valor del atún en el Ecuador. Se elaboró un protocolo basado en los lineamentos de la FAO, organización que vio con buenos ojos esta iniciativa y con la que se firmó, en Roma, un memorándum de entendimiento para promover la aplicación de ese código. Esto se hizo porque cada vez tenemos mas competencia en mercados exteriores y tenemos que diferenciarnos. Y eso se logra con la trazabilidad del atún ecuatoriano, que viene de la mano con el tema de sostenibilidad.

Algo parecido ocurre en otras industrias vinculadas con los alimentos...
Lo que estamos haciendo con la trazabilidad no es nuevo. Esto implica inocuidad sanitaria porque manejamos alimentos y la empresa privada debe aplicar sí o sí el código de las mejoras en prácticas alimentarias. Entonces la industria atunera nace con esa naturaleza de la seguridad alimentaria para el consumidor. Otras industrias, motivadas por sus mercados y clientes, buscan certificaciones que son valoradas en mercados como Europa, donde son muy exigentes. A esto se suman iniciativas de certificaciones para las flotas pesqueras, cumplimento de vedas, métodos de captura. Todo esto es parte del concepto de sostenibilidad.

¿Cómo ha evolucionado la estrategia para promover una industria sostenible?
Desde el 2010 hasta la fecha logramos hacer cada dos años un foro regional orientado a la sostenibilidad del atún. Traemos a oficiales de pesca de la FAO de distintos países para mejorar y reforzar la imagen del sector atunero del Ecuador. Impulsamos un comportamiento ético con el ambiente, con los trabajadores, con los consumidores y cada dos años el foro se convierte en una herramienta para que se sepa el trabajo hecho, así como nuevos planteamientos.

¿Cuáles han sido los retos que han enfrentado para consolidar la iniciativa y lograr que el foro sea más conocido?
Hoy en día es importante y necesaria la cooperación y la coordinación entre todos los actores de la industria. Los cambios continuos de autoridades estatales complican mucho al sector, esa falta de estabilidad nos impide trabajar y por más que fortalezcamos el entorno normativo y lo que corresponde a documentos legales, la inestabilidad en instituciones públicas nos complica. En México, por ejemplo, hay un Secretario de Pesca por más de 20 años. El sector tiene que ser tratado de manera técnica, no política. Ese es el mayor escollo.

¿Ese ha sido el mayor reto?
Así es, nos ha resultado muy complicado. En los últimos años hemos tenido una posición muy activa en el tema de las exportaciones, pero la falta de estabilidad institucional afecta mucho.

¿Cómo han enfrentado esta situación?
Definimos mesas de trabajo y con cada nueva autoridad nos sentamos para hacer mesas técnicas. Ahora queremos impulsar un plan nacional del atún, independiente de la autoridad de turno. Ese plan conlleva muchas aristas, como el de las certificaciones. Se necesita de voluntad política para implementar este plan.

¿Estos desafíos han frenado o impactado de alguna manera en el concepto de sostenibilidad?
No se ha frenado. La industria es muy activa y propositiva, es un sector líder y como tal debemos mantener ese liderazgo a escala mundial, somos los segundos productores de atún. Impulsamos herramientas técnicas, como el código de pesca responsable y los sistemas de certificación. Esto conlleva prácticas a bordo, practicas sanitarias de inocuidad sanitaria, temas de responsabilidad social. Buscamos una combinación público-privada para otorgar una marca sectorial como la que se lanzó en el foro de Manta hace dos semanas. Ningún industrial podrá usar la marca de atún premium sustentable si no tiene un sistema de certificación hacia atrás.

¿Cómo funciona la marca?
El Estado es el dueño de la marca. El sector privado implementa un sistema de certificación. Todo esto nos permite diferenciarnos. Lo que buscamos no es aumentar las ventas, sino mantener la calidad del atún, con trazabilidad y sostenibilidad. El mercado busca desplazar las ventas del Ecuador por precios, entonces buscamos que el atún deje de ser un ‘commoditie’. En esta industria hay mucho trabajo por detrás, desde la flota que está más de 40 días en el mar para capturar, hasta miles de personas trabajando. Esto no es un ‘commoditie’, sino un producto alimenticio, una proteína.

¿A escala internacional existen iniciativas similares como la marca de atún sostenible?

Hemos escuchado con interés lo que pide el mercado. No nos hemos decantado por una marca certificadora privada. Hemos visto con buenos ojos lo que ha hecho la flota española que desarrolló una norma para su flota de barcos sostenibles. En Ecuador la diferencia es que trabajamos en toda la cadena de valor: con los barcos y con las plantas procesadoras. Si a un barco la va bien, lo mismo le pasa la industria. Es una ventaja muy importante. Tailandia, nuestro principal competidor a escala global, no tiene barcos, solo plantas y por ese motivo impulsamos que la flota y la industria en tierra mantengan el encadenamiento.

¿Cómo mira el panorama para la industria atunera en el segundo semestre del año? ¿Por dónde pueden venir las oportunidades para el sector?
Siempre nos gusta pensar en positivo y la industria atunera con su liderazgo tiene que ver siempre oportunidades. Miramos con optimismo el tema de sacar adelante el plan nacional del atún. Vemos con optimismo el manejo macroeconómico del país. El clima de negocios debe estar estable y los empresarios necesitamos luces de parte de las autoridades. Vemos que es necesario fortalecer ciertas alianzas estratégicas con ciertos mercados como Estados Unidos, con el que debemos llegar a un acuerdo. Estamos complacidos porque el empresario puede expresar una agenda; allí necesitamos una agenda que sea pragmática y no se quede en enunciados. El anuncio de que el anticipo del impuesto a la renta se pague en cuotas, por ejemplo, hubiera sido el éxito en enero, pero el mensaje es positivo.

¿Hay dificultades?
El sector está golpeado por las bajas en los precios en el mercado internacional. Además, nos afectan las altas tasas de interés. Los costos financieros que debemos asumir las empresas van a bajar los márgenes de utilidad que hoy en día son del 1% o 2%, cuando en otros sectores o industria alcanza hasta el 9%, a pesar de que el atún es el segundo rubro de las exportaciones no petroleras.