Mónica Villagómez aspira a que las futuras generaciones tengan una visión flexible y abierta al cambio. Apuesta por el liderazgo como una forma de cambiar el mundo y desarrollarse.

Mónica Villagómez aspira a que las futuras generaciones tengan una visión flexible y abierta al cambio. Apuesta por el liderazgo como una forma de cambiar el mundo y desarrollarse.

Diana Serrano
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Mónica Villagómez: 'Las cualidades de un líder no son cuestión de género'

30 de enero de 2019 11:25

Mónica Villagómez es una abogada quiteña, que se aventuró en el mercado bursátil y hoy se dedica al asesoramiento en gobierno corporativo y de empresas familiares.

Estudió Jurisprudencia en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Inició su trayectoria profesional en el área legal de entidades financieras, antes de culminar sus estudios.

Su trayectoria en el mundo bursátil la inició como agente de bolsa. En 1993 asumió el cargo de Vicepresidenta Jurídica de la Bolsa de Valores de Quito.

Villagómez fue la primera Presidente Ejecutiva de una Bolsas de Valores en Iberoamérica y la primera en llegar con esa calidad a la Federación Iberoamericana de Bolsas, organismo en el cual se desempeñó como Presidente del Comité de Trabajo en dos oportunidades

Villagómez también ha estado involucrada en el mundo gremial empresarial. Fue presidenta del Consejo de Cámaras y Asociaciones de la Producción. Hoy es presidenta de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa.

Familia y estudios

“Vengo de una familia de cuatro hermanas y un hermano. Mis padres siempre nos dieron un trato igualitario, nos impulsaron a seguir una carrera y salir adelante.

El matrimonio no era el único objetivo de vida. Mi padre impulsaba mucho el desarrollo y empoderamiento de la mujer en posiciones ejecutivas. Crecí en ese ambiente; por eso, para mí no fue una lucha salir a trabajar.

Me casé a los 23 años y, de mi matrimonio, tengo dos hijas. Cuando eran pequeñas combiné la profesión con la maternidad.

También estudié ‘una larga carrera’. Tuve que aplazar mis estudios, por razones familiares, pero al final me gradué.

Mi esposo, Mauricio Anderson, impulsó mis proyectos personales. Él siempre tuvo la convicción de que las mujeres deben estar incorporadas a la actividad laboral y esa misma idea la traspasamos a nuestras hijas”.

La sociedad

“Hay muchos problemas sociales que combatir para el empoderamiento de las mujeres. Vivimos en un mundo machista, en donde el hombre tiene el predominio.
Pese a ello, las profesionales se van incorporando en asuntos empresariales, ya no solo sociales.

Según la última encuesta de Deloitte, ya tenemos 13% de mujeres en cargos directivos.
Creo que esos signos de que estamos viviendo la ‘revolución de los seres invisibles’. La mujer siempre trabajó, en cualquier ámbito, pero su trabajo no era reconocido ni valorado.”
Vamos en buen camino. Hay que combatir temas de violencia de género”.

Las capacidades
“Hay desafíos importantes para las mujeres. Uno de ellos es comprender el valor personal. Saber que uno tiene potencial, cualidades y expectativas que se deben desarrollar para crecer.

El verse como una mujer, que ha tenido la oportunidad de llegar a importantes posiciones empresariales o en cualquier cargo, creo que es un aporte importante en lo profesional y personal.

Las cualidades de un líder no son cuestión de género. Mi punto de vista es partir de que somos personas con las mismas características y capacidades.”

El sector bursátil

“Siempre me atrajo ese mundo. Yo le dije a alguien que estaba en ese entorno: Yo quiero ser agente de bolsa y me respondió: ‘Bueno’.

Uno debe romper ciertos esquemas y tiene que ir más allá de lo que los demás puedan pensar.
Desde ahí comenzó mi recorrido, aunque fue un largo camino, en el cual encontré dificultades, que fueron superables.

Cuando fui presidenta ejecutiva de la Bolsa de Valores de Quito logré llegar a ser la primera mujer presidenta de la Federación Iberoamericana de Bolsas.

Hay un gran potencial en el sector. Las mujeres debemos romper ciertos paradigmas que tenemos respecto de nosotras y de la participación femenina en el mundo corporativo, a nivel de directorios y de estrategias.

No solo se requiere de preparación. En el mercado bursátil hay mujeres igual o más preparadas que los hombres, pero no dan el gran salto. Es una autolimitación en la que se puede trabajar.

La participación de la mujer en los directorios es importante, no solo para llenar un cupo; en países nórdicos deben alcanzar el 50%. Es un tema del aporte que las mujeres pueden hacer para la toma de decisiones. Las mujeres son empáticas, buscan consensos, somos más cuidadosas de los recursos y otras particularidades”.