Mercedes Molina junto a su hija menor, Gabriela Chicaiza. Ellas confeccionan estos muñecos de tela. Foto: Julio Estrella/LÍDERES

Mercedes Molina junto a su hija menor, Gabriela Chicaiza. Ellas confeccionan estos muñecos de tela. Foto: Julio Estrella/LÍDERES

Redacción Quito
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Muñecos elaborados con telas recicladas

2 de enero de 2018 14:13

En las manos de Mercedes Molina y su hija Gabriela Chicaiza, los retazos de tela que desechan fábricas y las prendas de vestir que las personas ya no quieren usar, se pueden convertir en adorables monstruos de tela, con aromas.

Ellas los llaman xamakucos y son muñecos de trapo terapéuticos que se confeccionan con telas recicladas, en períodos que van de tres a ocho días, dependiendo de la complejidad.

Estas dos emprendedoras cuentan que desde el 2010 convirtieron su casa, en el norte de Quito, en el taller en el que crean estos muñecos, bajo la marca Xamakuco. El nombre con el que bautizaron su emprendimiento es un juego de palabras en kichwa: ‘xama’, que significa amigable y ‘cuco’, que significa monstruo.

Al mes producen unas 50 unidades, pero tienen disponible un catálogo de más 100 modelos. Además, elaboran muñecos personalizados bajo pedido.

Una de las colecciones que más llama la atención es la de personajes de películas. Por ejemplo, está la figura de Edward Manos de Tijeras, de la cinta de Tim Burton, o la de Alex DeLarge, de la película La Naranja Mecánica.

Chicaiza cuenta que lo que hace más especiales a estas creaciones, es que llevan por dentro hierbas terapéuticas, como hierbaluisa, eucalipto, anís, romero y lavanda, que ayudan a personas con estrés, migraña y otros padecimientos.

“Las cultivamos en un huerto propio y hacemos un proceso cuidados de tratamiento de deshidratación, cada muñeco tiene su propio aroma”, cuenta Chicaiza, que estudió ciencias ancestrales en el Instituto Tecnológico Superior de Estudios Sociales Los Andes (Ilades), en donde aprendió sobre terapias con hierbas medicinales.

Molina hace énfasis en que el trabajo de reciclar y hacer manualidades con tela comenzó en 1981, cuando ella trabajaba como maestra en una escuela de religiosas en Guayllabamba. Ahí, recuerda, comenzó a hacer figuras. “Mi hija desde pequeña aprendió a usar la máquina de coser, sin que yo le enseñe, solo viendo, desde que tenía ocho años”, cuenta.

Aunque las dos se dedican a la producción de los muñecos, Xamakuco es un negocio en el que participa toda la familia. Los dos hijos mayores de Molina, Jorge y Roberto Chicaiza, se encargan de la línea gráfica que se usa en redes sociales y en ferias, y del diseño de los modelos de los muñecos.

Al mes, las ventas alcanzan los USD 350 en promedio, a través de ferias artesanales y los pedidos en Facebook e Instagram.

Este año han participado en unas cinco ferias en Quito. Entre ellas, la feria de la tienda Teos, en La Floresta. Karla Arcos, coordinadora de la feria, resalta que la originalidad de las figuras y el buen acabado es lo que más llama la atención de los clientes. “Son muy coloridas y supercreativas, a la gente le gusta mucho eso”, cuenta Arcos.

La promoción en redes sociales, en cambio, les ha permitido hacer envíos fuera del país. Chicaiza cuenta que desde el 2015 envían productos el Festival de Danza y Arte Yurecuaro, en México. También han realizado envíos a Egipto, Cuba, Colombia, Chile y Argentina, añade.