Una mujer habla por teléfono junto a un cajero de bitcoines, ubicado en Hong Kong. La imagen es de diciembre del 2017

Una mujer habla por teléfono junto a un cajero de bitcoines, ubicado en Hong Kong. La imagen es de diciembre del 2017. Foto: Anthony Wallace / AFP

La nueva apuesta entre los corredores de Bolsa

31 de octubre de 2018 10:58

La extrema volatilidad del bitcóin en los últimos años despierta expectativa entre los corredores que prosperan generando ganancias a corto plazo. En este escenario, los gigantes de Wall Street preparan el terreno para inversores más pesados, quienes se arriesgan a especular con la divisa digital.

La cotización de esta criptomoneda llegó a su techo a finales del año pasado, cuando alcanzó casi los USD ­20 000 por unidad. Luego bajó hasta llegar a unos USD 6 450, en estos días.
Para Juan Francisco Bolaños, gerente general de Blockchain Andina, esta inestabilidad en el valor de la divisa no le permite clasificarse como una inversión por sí misma. “Una inversión promete flujos de caja a futuro; pero el bitcóin, al ser una moneda, no puede prometer ni garantizar que va subir o bajar de precio”. El terreno de la inversión, según Bolaños, es netamente especulativo.

Sin embargo, los inversores que apuestan por la criptomoneda creen que se apreciará con el tiempo. Y para ello tienen a su disposición toda una gama de herramientas, más o menos arriesgadas para invertir.

La manera más directa es comprar todo o parte de un bitcóin en las plataformas especializadas. Sin embargo, los tenedores de estos activos se exponen al riesgo de robo virtual, ya que las plataformas son regularmente víctimas de piratería informática.

La llegada a fines del 2017 de contratos a término sobre varias plataformas bursátiles en direcciones como el Chicago Board Options Exchange (CBOE) aportó un nuevo grado de legitimidad.

Esta solución, que consiste en apostar sobre el posible precio futuro del bitcóin, evita detentarlos directamente. Pero es, sobre todo, utilizada por los inversores profesionales.
También es posible colocar el dinero en carteras de inversiones compuestas exclusivamente por bitcoines, como el Bitcoin Investment Trust, administrado por la sociedad Grayscale. Pero este producto, reservado a una determinada categoría de inversores, se negocia únicamente de forma directa y con costos elevados.

El momento esperado por los partidarios del bitcóin es la llegada de fondos cotizados en Bolsa, replicando las evoluciones de la divisa digital, los ‘bitcoines ETF’. “Su llegada es la prioridad para los inversores institucionales”, aseguró a AFP Michael Graham, analista especializado en nuevas tecnologías en Canaccord Genuity.

Estos inversores, que manejan miles de millones de dólares para cuentas en fondos de pensiones o de seguros, hasta el momento se muestran reticentes a colocar dinero en un activo potencialmente lucrativo, pero que todavía no les genera confianza.

Podrían convencerse si las autoridades, al dar el visto bueno a los bitcoines ETF, dan su legitimidad a la divisa virtual todavía asociada a los traficantes y a una burbuja lista para estallar.

El organismo de control bursátil de Estados Unidos (SEC) no muestra mucha agilidad. La entidad señala que el bitcoin se intercambia en plataformas en su mayoría no reguladas y con riesgo de ser manipuladas.

Temerosos de no poder generar muchos recursos en un activo todavía no muy conocido y mal controlado, los actores financieros tradicionales avanzan con pie de plomo.

Jamie Dimon, el director del primer banco estadounidense JPMorgan Chase, se ha mostrado escéptico en varias oportunidades, tras haberlo considerado en el 2017 como un “fraude”.
Entre los bancos de Wall Street, Goldman Sachs ofrece desde mayo sus servicios de agentes de compensación, sin todavía proponer sus propios productos vinculados a la criptomoneda.

Algunas empresas están yendo más lejos. Fidelity Investment, uno de los más grandes administradores de activos en el mundo, lanzó servicios de corretaje del bitcóin y de depósitos reservados a algunos inversores “sofisticados”, como los fondos de cobertura.

Por su parte, ICE, la casa central del New York Stock Exchange, debe lanzar en noviembre la plataforma Bakkt, dedicada a activos digitales. Pero los problemas sobre las plataformas persisten: falta de transparencia, conflictos de intereses, ausencia de cortafuegos.