99 es una plataforma electrónica brasileña que conecta a taxis y conductores particulares con pasajeros

99 es una plataforma electrónica brasileña que conecta a taxis y conductores particulares con pasajeros. Foto: Nelson Almeida/AFP

Una nueva generación de ‘unicornios’

30 de octubre de 2018 09:31

Tras superar con éxito los desafíos propios de las economías latinoamericanas, una camada de jóvenes empresas digitales se convirtió este año en la nueva generación de “unicornios” sudamericanos, al alcanzar la valuación de USD 1 000 millones con la que miles de startups se ilusionan en la región.

Las brasileñas 99, Nubank, PagSeguro y ArcoEducação, junto con la colombiana Rappi, se sumaron a un puñado de tecnolatinas forjadas en años posteriores al estallido de la burbuja de Internet, que ya habían recibido el mote de unicornios por su rareza al pasar el umbral de valor. En el límite hay un grupo pujante integrado entre otras por la argentina Etermax.

En 2017, los fondos de inversión de riesgo desembolsaron más de USD 1 000 millones, suma sin precedentes, detalla Julie Ruvolo, directora de Venture Capital de la Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo y Privado.

“En el 2018, hubo más rondas de inversión sobre USD 100 millones con mayor participación de inversores globales (como SoftBank o Tencent)” , dijo Ruvolo, que proyecta nuevos récords este año.

Brasil, el que más unicornios anotó, absorbió USD 859 millones en 113 acuerdos en 2017.
En los casos del sistema de pagos online PagSeguro (de Uol) , y la plataforma de educación ArcoEducação, las firmas sumaron valor tras exitosos lanzamientos en Wall Street. Las demás, siguieron caminos diversos.

A seis años del lanzamiento, 99, la plataforma brasileña que conecta a taxis y conductores particulares con pasajeros, se convirtió en unicornio al recibir este año más de USD 100 millones de DiDi Chuxing, el Uber chino.

La aplicación iniciada con la ambición de ser global está presente en 500 ciudades. Superó la recesión entre 2015 y 2016 y creció al 500% en 2017, dijo su presidente, Matheus Moraes, de 31 años.

Llegar al presente, explica, implicó convertir en oportunidad los problemas brasileños de infraestructura y transporte.