Expertos explican que muchas empresas, como parte de sus protocolos de bioseguridad,  deben reducir el contacto entre personas en las oficinas sin barreras

Imagen referencial. Expertos explican que muchas empresas, como parte de sus protocolos de bioseguridad, deben reducir el contacto entre personas en las oficinas sin barreras. Foto. Pixabay

Las oficinas abiertas, en entredicho

14 de mayo de 2020 12:03

En duda. Ese es el futuro que les espera a las oficinas que, previo al inicio de covid-19, funcionaban en espacios abiertos y que tenían áreas lúdicas.

Entre los consejos que da la Organización Mundial del Trabajo (OIT) sobre seguridad y salud ocupacional pospandemia está el distanciamiento en las instalaciones con un espacio de dos metros entre cada empleado.

A esto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) agrega que es fundamental la limpieza de superficies y objetos que puedan contaminarse con fluidos corporales entre los que están escritorios, teléfonos, muebles, artefactos de cafetería y más.

La mayoría de estos se encuentra en áreas compartidas de oficinas modernas como estaciones de trabajo, cubículos o espacios de reuniones con puffs, pizarrones para lluvia de ideas con ‘post it’ o marcadores, mesas con sillas ergonómicas, espacios de juegos y descanso, etc.

Para Christian Estay, PhD en Innovación y gerente de Estay Consulting, la continuidad de este tipo de oficinas dependerá de las restricciones de salud que adopten las empresas. Además, explica que las empresas deberán considerar que es posible que aumente la cantidad de gente y el número de horas en teletrabajo, lo que implicará una subutilización de espacios que antes estaban destinados a trabajo presencial.

“La tendencia que se va a dar es de un modelo mixto. Dependerá de la compañía si será más virtual y menos físico. Pienso que la presencia debe ser mínima”.

Daniel Montalvo, director de la maestría en Gestión del Talento Humano de la Universidad de Las Américas, considera que entre los cambios que traerá la nueva normalidad en oficinas será el retorno a espacios cerrados.

El estudio Acciones, plan de retorno de las empresas, elaborado por PwC, con la participación de 30 compañías, indica que entre las medidas de distanciamiento social que se aplicarán en las oficinas está la colocación de los colaboradores pasando un puesto; además, el 8% de las encuestadas afirma que ya ha instalado o instalará en las oficinas láminas plásticas entre módulos de “oficinas abiertas”.

Esto último lo confirman también negocios que se dedican a instalar estos elementos.

Carlos Méndez, quien hace instalaciones de diferente tipo en industrias y oficinas, asegura que hay demanda de empresas para colocar estas barreras, de vidrio o plástico, en áreas interiores y aquellas en las que hay contacto con clientes. Por otro lado, ya se encuentra instalando cubículos para que el personal ingrese del exterior a las oficinas; en esos lugares podrá descontaminarse.

Estay, además, cree que las empresas deben analizar qué tanto aportan para el trabajo, creatividad e innovación metodologías que incluyan espacios abiertos y lúdicos. “El futuro de estos espacios está en duda. Para aprovechar la inversión, los espacios podrían usarse para otras actividades. Hay que aprovechar el teletrabajo”.

Con ello concuerda Javier Verdesoto, CEO de Nexos Talent EFH Ecuador. Él aconseja que si se decide mantener ciertos espacios como los de sillones para reuniones, cubículos de silencio, entre otros, se deben desarrollar protocolos para su uso.

Estas guías deben incluir mecanismos de limpieza y desinfección, reducción del número de personas dentro los mismos, etc. El informe de PwC, de hecho, explica que las encuestadas han decidido bajar en 50% las personas en pisos, oficinas y cafeterías.

Zonas comunes para tomar café, según Verdesoto, deberían eliminarse por un tiempo por cuestiones de higiene. Cada persona debe tener su propio termo.

Según los expertos, estos cambios pueden generar un impacto en los empleados, principalmente mileniales y centeniales que estaban acostumbrados a espacios de interacción. Es fundamental una guía de las organizaciones sobre las nuevas condiciones laborales.

“Se vuelve a oficinas cerradas por protección, se vuelve a poner acrílicos entre clientes y proveedor, se vuelve a poner ranuras. Eso no va a romper la comunicación, nos va a obligar a desarrollar procesos de interacción de manera diferente”, comenta Montalvo.

Además, agrega que se debe aprovechar la virtualidad para diferentes actividades, aplicar las normas de bioseguridad, ser más creativos y lograr eficiencia en las inversiones para proteger al trabajador y cliente, al mismo tiempo que se sigue siendo interactivo e innovador.

Para organismos como la Cámara de Comercio de Quito, que desarrolló su Guía poscuarentena, es clave que dentro de las oficinas se minimice el contacto entre colaboradores, clientes y con personas que necesitan atención.

El gremio cree que compartir objetos, que sucede mucho en los espacios abiertos e interactivos, ya no es una alternativa; son una fuente de contaminación.