Redacción Guayaquil
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En las oficinas están sus mejores clientes

La jornada de Rosa Esteves, de lunes a viernes, comienza a las 08:45. A esa hora empieza a recorrer distintos locales comerciales en el norte de Guayaquil. Lo hace para vender los sánduches que elabora bajo la marca Rosquita.

La idea surgió en el 2008, cuando laboraba como asistente en una firma guayaquileña. En un evento, la entrega de alimentos falló. Debido a su gusto por la gastronomía y la relación de amistad con los dueños de la empresa, ella aprovechó la oportunidad para ofrecerles la entrega de bocaditos para cada evento.

Sus productos gustaron a los asistentes y la demanda se volvió casi diaria. De esta manera, decidió dejar su empleo y empezar un negocio propio.

Para ello, en el 2009, invirtió cerca de USD 60 en la compra de ingredientes para preparar sánduches. También compró una hielera para transportar los alimentos.

Los sánduches los vendió rápidamente entre los conocidos. Pero buscó ampliar su cartera de clientes: visitó puerta a puerta otros negocios de la zona, para ofrecer estos productos en las empresas.

Hoy, vende un promedio de 2 100 sánduches al mes en unas 15 empresas del norte de la ciudad. Esto le genera ingresos de aproximadamente USD 2 600 mensuales.

Estos productos tienen diversos sabores y combinaciones. El más vendido es el que contiene doble queso, doble jamón y doble salami. También ofrece de pollo, atún y jamón de pechuga light. Los jueves elabora de pollo con tocino y los martes, en cambio, de huevo con tocino.

Este último es el que más le gusta a Mario Robalino. Él trabaja en la firma productora Urbana Films y compra desde hace unos tres años los sánduches de la microempresa Rosquita. “Yo me considero su comprador número uno. Me parece excelente que venga al trabajo a venderte la comida ya que resulta cómodo”. Además, dice, el precio es asequible.

Este varía entre USD 1 y 2, de acuerdo con la cantidad de ingredientes. Los viernes ofrece también hot dogs por USD 1,50. “Esto es una estrategia para mantener a los clientes”, dice Esteves. “Hay clientes que esperan con ansias el día viernes para probar los hot dogs”.

Como Robalino, la mayoría de los clientes son hombres, cuya edad oscila entre los 20 y 40 años. Sin embargo, también compran mujeres.

Fernanda Rebutty es una de ellas. La ejecutiva labora en Generamedios y compra los sánduches de Esteves desde hace un año y medio. Dice que su preferido es el de doble queso, doble jamón y doble salami. “Los compro para el desayuno porque me parece que el precio es económico y el sabor es excelente”.

Esteves también elabora sánduches y bocaditos bajo pedido para eventos.