Las oficinas verdes ayudan al trabajador
Las oficinas con cubículos, luz artificial y estrictos controles del tiempo ya no resultan atractivas para los trabajadores. Ahora existe una nueva tendencia que impulsa la implementación de áreas verdes dentro de las oficinas y espacios abiertos para recreación. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de los colaboradores influenciando en mejoras en productividad y concentración las tareas laborales.
“Este tipo de espacios están pensados para que contemplen todo lo que la persona necesita aparte de su puesto de trabajo: un gimnasio, duchas, parqueaderos para bicicleta, áreas verdes para descansar y almorzar”, explica Gonzalo Diez, arquitecto de Diez Muller, firma que diseñó el proyecto Torre 6.
El edificio sustentable de 14 pisos se construye en Quito con el lineamiento de ser una estructura verde que haga bien tanto a la ciudad como a las personas que lo habitan.
Los efectos de áreas verdes en las oficinas se publicaron en 2015 en un estudio de la Universidad de Melbourne. Este reveló que el contacto con la naturaleza favorece a la concentración y a la productividad de los colaboradores. La investigación, liderada por la psicóloga Kate Lee, aseguraba que propiciar espacios verdes en el trabajo, ya sean jardines internos, verticales o terrazas, favorece a que las relaciones laborales sean más amigables y se mantenga un ambiente positivo y creativo.
Por otro lado, dos encuestas realizadas en 2014 por la Universidad Tecnológica de Sídney reflejaron que plantas o espacios verdes en la oficina llevan a una reducción del 44% de ira en los colaboradores, ansiedad en un 37%, depresión en un 58% y cansancio hasta en un 38%.
“Algo que también podemos ver con estos espacios mixtos es que el ausentismo por enfermedades disminuye tremendamente”, explica César Arroyo, arquitecto, experto en planificación. Esto se debe a que las plantas generan un microclima que controla los niveles de humedad del ambiente.
En las oficinas de Enne Arquitectos, los colaboradores cuentan con un jardín vertical y con espacios abiertos. Esto, como lo explica Antonio Naranjo, gerente de la firma, permite que el aire fluya mejorando la comodidad del espacio pero también filtrando cualquier tipo de bacteria.
Además, la oficina cuenta con un sistema de detección de niveles de óxido de carbono. Cuando este se activa, los colaboradores deben prender un sistema de ventilación para mejorar la calidad del aire.
En los jardines, los colaboradores pueden salir a tomar un descanso, recoger limones y menta o ayudar a regar las plantas. “El hecho de tener este tipo de espacios también ayuda a las dinámicas del grupo. Cuando todos saben que deben abrir el sistema de ventilación o regar las plantas se crea más comunidad en la oficina”, agrega Naranjo.
Otro factor que influye es la luz. El uso de luz natural no solo es estratégico para reducir costos y mejorar la eficiencia energética de un edificio sino que ayuda a los trabajadores.
En el caso de Torre 6, el proyecto está diseñado para que el uso del espacio sea perimetral cerca de las ventanas. Mientras que los ascensores y servicios se ubican en el centro de la edificación, donde hay menos luz.
“El objetivo es que los colaboradores utilicen luz natural hasta tarde. Así disminuye la necesidad de luz artificial y el cansancio relacionado a esto”, explica el arquitecto Diez. Este es uno de los factores al momento de diseñar una construcción ‘verde’.
A escala mundial existe una certificación que se cerciora de brindar los parámetros para que las edificaciones puedan considerarse sustentables. La certificación Leed (Leadership in Energy and Environmental Design) es promovida por el U.S Green Building Council, esta organización emite las guías y certificaciones globales.
En Ecuador existen aproximadamente ocho edificios con esta suerte de sello de calidad. Lo que pretende es brindar un marco referencial sobre qué parámetros se considera una oficina verde.
Estos se clasifican como la elección del sitio de la construcción, la utilización del espacio, iluminación, temperatura y seguridad. Tanto Enne Arquitectos como Torre 6 son edificios que han logrado certificarse por la implementación de estas características.
Sin embargo, Naranjo explica que Ecuador está atrasado con otros vecinos de la región. En Santiago de Chile, donde el índice de polución generó en el 2016 tres emergencias a salud pública hasta agosto pasado, los edificios corporativos han incorporado zonas verdes para contribuir a la purificación del medioambiente y crear conciencia entre la ciudadanía. La ciudad cuenta con 500 edificios certificados.