Parecería ser que el gobierno del licenciado Moreno tiró definitivamente la toalla y se ha desentendido de todo lo que esté relacionado con la política económica. Así mismo, se observa que toda la energía que se necesitaba para realizar las reformas en este ámbito se encuentra disuelta y pospuesta hasta que venga un nuevo gobernante.

Está claro que tanto los analistas económicos como las autoridades relacionadas con la materia sí le advirtieron al presidente sobre la conveniencia de implementar las medidas a tiempo y no luego de que ha transcurrido más de la mitad de su período; cuando su capital político se encuentra en un nivel tremendamente bajo, inferior incluso, al del presidente anterior.

La falta de voluntad del Presidente ha generado una falta de credibilidad entre los actores económicos. Ya son pocos los que creen en que el gobierno pueda cumplir con sus compromisos y son muchos los que reconocen que las ofertas realizadas resultaron ser palabras que se las llevo el viento.

Definitivamente, el país volvió a perder un tiempo valioso y seguimos sin rumbo.